"¡No quiero seguir jugando así!"
Desbordado de inicio, Nadal remonta ante Soderling tras discutir con el juez de silla
La acalorada perorata es más que una protesta: es una discusión que cambia radicalmente el decorado del encuentro y espolea a Rafael Nadal camino de su cuarta semifinal (victoria por 3-6, 6-3, 7-6 y 6-1 sobre el sueco Robin Soderling) en sus cuatro últimas apariciones sobre la hierba de Wimbledon.
"¡No quiero seguir jugando así!", se oye entre los abucheos del público. "Esto es increíble. ¡Venga Pascal! ¡Llama al supervisor!". Nadal ha visto cómo Soderling, golpetazo tras golpetazo, le propina un 5-0 en 20 minutos. Nadal ha visto cómo el sueco, inclemente y jugando de línea a línea, se ha llevado en un visto y no visto (3-6) la primera manga.
Y Nadal, asombrado, escucha cómo el juez de silla le concede al sueco bola de break en su primer saque del segundo set, tras una decisión esperpéntica: el línea canta la bola fuera, Nadal se desentiende en el golpeo, que acaba en la red, y cuando el ojo de halcón demuestra que la bola de Soderling había tocado línea, Pascal Maria, el juez de silla, decide no repetir el peloteo, que es lo que dicen los libros. Es 3-6 y punto de break para el sueco. Un momento crítico.
Allí estalla Nadal, que no puede creérselo ("Todo el mundo tiene derecho a equivocarse", dirá luego). Allí desaparece el tenista un punto lento, de piernas frías, ese que arranca como si tomara precauciones contra su maltrecha musculatura.
Y allí se transmuta el número uno en un jugador imparable: con una cinta de fisioterapia en el cuádriceps derecho, supera la bola de break ("¡Mátalo!", le gritan), gana ocho de los siguientes diez puntos (break a Soderling: 3-0) y cambia la dirección del partido. Nadal jugará ahora contra el británico Andy Murray, que derrotó al atlético francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-7, 7-6, 6-2 y 6-2.
Nadal se solidarizó con Roger Federer: "El pobre tiene derecho a perder, es humano, aunque no lo haya parecido en el pasado". "Y Nadal está jugando un tenis muy sólido, más agresivo", que dijo el rival batido. "Para mí, es el favorito para ganar el torneo". Palabra de Soderling.
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