El otro secreto de la Coca-Cola
El Estado reconoce al militar que empezó a fabricar el refresco en Galicia como víctima del terrorismo
"Sus cualidades humanas dejarán un gran vacío entre nosotros". El acta del consejo de administración de la concesionaria de Coca-Cola para Galicia de aquel 14 de julio de 1979 sigue grabada a fuego en la memoria de las familias propietarias de Bebidas Gaseosas del Noroeste (Begano). En sus cincuenta años, un episodio que nada tiene que ver con la chispa de la vida parece pasar de puntillas por la trayectoria de la compañía, pero resulta clave para entender lo que es hoy una de las treinta primeras empresas gallegas por volumen de negocio. Y también explica el celo de sus accionistas.
Aquel consejo de administración daba cuenta "de la muerte en trágicas circunstancias del consejero delegado, Rodrigo Peñalosa Esteban-Infantes, así como la de su hijo, Rodrigo Peñalosa López-Pin". "Consternación, gran tristeza y orfandad fue lo que sintieron las personas de Begano", indica la empresa, por el fallecimiento de quien fue no sólo su primer ejecutivo, sino también su fundador, en 1959. Rodrigo Peñalosa y su hijo mayor habían fallecido en el incendio del hotel Corona de Aragón, en Zaragoza, el 12 de julio del 79, un suceso que metió a la familia en un limbo jurídico durante nada menos que treinta años, hasta que el Estado acabó por reconocer que aquel siniestro había sido un atentado terrorista.
Peñalosa murió en 1979 en el incendio provocado en un hotel de Zaragoza
En el Corona de Aragón se alojaba también la familia Franco
Un real decreto aprobado en mayo del año pasado concede a título póstumo la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las víctimas del Hotel Corona de Aragón, una treintena de nombres entre lo que se incluyen los de Rodrigo Peñalosa, entonces coronel de Artillería, y su hijo. Casi treinta años después del suceso, que causó 78 muertos y 113 heridos, el Tribunal Supremo asumía que el incendio no fue circunstancial, sino intencionado o un atentado. Aunque el fallo no podía entrar en la autoría, la sentencia otorgó a las familias la consideración de víctimas del terrorismo.
El día de autos se celebraba en la Academia General Militar de Zaragoza la entrega de nombramientos de alféreces y en el hotel se habían alojado militares y familiares. Entre ellos, la viuda del general Franco, Carmen Polo, con sus hijos, los marqueses de Villaverde, ya que entre los cadetes de la promoción estaba su nieto Cristóbal Martínez-Bordiú. También era huésped el general Alfonso Armada, que salió indemne y que años más tarde protagonizaría el intento golpista del 23-F.
El director general de la compañía tiene hoy en día en su despacho, en la sede de las afueras de A Coruña, un lienzo con el retrato del fundador colgado de una de las paredes. Antonio Couceiro, ex conselleiro de Industria con Fraga, asegura que "su forma de actuar marcó un antes y un después en la cultura de Begano".
Fue Rodrigo Peñalosa quien, en 1956, con el título de comandante diplomado de Estado Mayor del Ejército de Tierra bajo el brazo, se topó en el ambigú del cine Callao, en Madrid, con una multitud de jóvenes que pedían un nuevo refresco: la Coca-Cola. "Teniendo en cuenta que su tío, el general Esteban-Infantes, era accionista de Cervezas El Águila, la marca más vendida en España, y que su presidente también era propietario de la concesionaria de Coca-Cola para la zona centro", comenzó a fraguarse la idea de conseguir la exclusiva del jarabe para Galicia con ciertos anclajes en los círculos de poder de la dictadura.
Daniel Chaver Gómez, perteneciente a otra conocida familia coruñesa, los Rey Méndez, relacionados con el negocio de la pesca, fue el primer socio de Peñalosa. En el accionariado actual están presentes ocho familias, repartidas entre A Coruña y Vigo, pero también por Asturias, Valencia y Madrid. En el consejo de administración de Begano se sientan también los hijos de Peñalosa, tras haber dejado su viuda, Carmen López-Pin, su puesto en septiembre de 2005. Tras su marcha del consejo, el círculo tardó otros cuatro años en cerrarse con el reconocimiento de Peñalosa como víctima del terrorismo.
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