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Reportaje:Wimbledon

Lu contra el poder

El tenista taiwanés, que se enfrenta a Djokovic tras eliminar a Roddick, único desconocido entre los cuartofinalistas - Nadal lleva a la hierba su rivalidad en tierra con Soderling

"Lo que me entristece es que mi padre ya haya muerto". A Lu Yen-hsun, taiwanés de 26 años, no le importaría enseñar a los periodistas cómo se caza un pollo entre la una de la madrugada y las seis de la mañana porque su padre, explica, se dedicaba a eso y sabe que a esas horas tan tempraneras los pollos no ven nada. A Lu, el número 82 del tenis mundial, no se le olvidará nunca el mes y medio de 2009 en el que un virus le dejó para el arrastre, casi sin poder atender los consejos de Mark Woodforde, uno de los mejores doblistas de siempre. Y a Lu, un desconocido que eliminó el lunes al estadounidense Andy Roddick, el número siete, le toca hoy enfrentarse al poder establecido: tras ganar seis partidos en todo 2010, juega contra el serbio Novak Djokovic y es el único jugador fuera de los 15 primeros de la clasificación en los cuartos de final de Wimbledon.

"Robin tiene un gran saque", dice su técnico, "y Rafa no se mueve tan bien sobre hierba"
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En Londres, muy pocas palabras cuentan muchas cosas. "Espero que mi padre me haya visto desde el cielo", dijo Lu tras ganar a Roddick. "Si estoy relajado y voy al ataque, puedo con cualquiera. Juego contra Andy Murray y él es quien tiene toda la presión sobre los hombros", razonó el francés Jo-Wilfried Tsonga, un peligro para el héroe local, igual que el checo Tomas Berdych lo es para el suizo Roger Federer. "Y ahora me toca uno de los rivales más difíciles sobre hierba porque juega con perfectos tiros planos y largos. Será muy difícil pararle", avisó Rafael Nadal antes de su duelo con el sueco Robin Soderling.

¿Quién dice que los deportes de raqueta no son peligrosos? Magnus Norman, entrenador de Soderling, el número seis, se pasea en muletas, con el tendón de Aquiles roto y maldiciendo el día que se le ocurrió jugar al squash. Norman, ex número dos, no puede moverse. Y Norman, imponente figura, cree que justamente eso, los desplazamientos, la capacidad de recuperación en la zona defensiva, es lo que marcará el Nadal-Soderling. "Rafa no se está moviendo tan bien en hierba como en tierra. Robin tiene un gran saque [15 aces de media por ocho de Nadal), así que aquí lo tiene mejor que sobre arcilla".

Hace un mes, los dos tenistas se enfrentaron en la final de Roland Garros. Nadal impuso su excelente transición defensa-ataque. Sus pies y sus piernas. Hoy, sin embargo, juega en césped, pendiente de sus rodillas y tras entrenarse ayer con una cinta de fisioterapia en el cuádriceps derecho. "Y en Wimbledon", razona Todd Martin, ex número cuatro, "sí que será importante el movimiento, pero sabiendo que es su gran ventaja. Nadal es uno de los pocos que puede empujar a Soderling por la pista, que puede hacer que Soderling sea el que tenga que moverse y defenderse. Eso es un gran reto para Robin".

Soderling venda cada día su muñeca izquierda. Soderling no jugó en hierba antes de Wimbledon porque le dolía una rodilla. Y Soderling ha celebrado el Midsommarafton, místico solsticio de verano, mientras pasaban cosas raras: Lu, peligroso en pistas de bote bajo, ganaba a Roddick y el torneo preparaba para hoy cuatro partidos que son cuatro auténticas batallas.

Lu Yen-hsun, durante su partido triunfal contra el estadounidense Andy Roddick.
Lu Yen-hsun, durante su partido triunfal contra el estadounidense Andy Roddick.AFP

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