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Columna
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'Cajitas' andaluzas

En el tema de las cajas de ahorros, el PSOE andaluz es de ideas fijas pero no definitivas. Los socialistas llevan más de una década acariciando el sueño de crear una gran caja en la comunidad, con el único inconveniente de que unas veces quieren una caja única, otras una gran caja, la siguiente dos grandes centros financieros -una en la Andalucía oriental con Unicaja y otra en la occidental con Cajasol-, y ahora la unión de estas dos últimas entidades para incluir también a CajaGranada, sacándola de la fusión fría con entidades foráneas.

Mientras en Andalucía polemizamos sobre el sexo de los cajeros automáticos, la reestructuración del sector financiero español está dando un giro vertiginoso y de las 45 entidades que había en España hace un año apenas quedan la mitad. En estos momentos 34 cajas están involucradas en 11 operaciones de concentración, con dos referentes esenciales: La Caixa, con un principio de acuerdo para fusionarse con Caixa Girona; y Caja Madrid, impulsora de una fusión fría con Bancaja, en la que además figuran Rioja, Ávila, Segovia, Laietana e Insular de Ahorros de Canarias. Estas operaciones no sólo consolidan a La Caixa y Caja Madrid como las dos grandes entidades de España, sino que se sitúan a una distancia sideral en cuanto a recursos y capitalización sobre todas las demás.

Otros procesos paralelos, en este caso para consolidar el sistema financiero autonómico, se están cerrando en Galicia, con la fusión de Caixa Galicia y Caixanova; o en Castilla-La Mancha, con Caja España y Caja Duero. A los que hay que añadir, otro interregional que tiene como referente a la valenciana CAM, con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura. En este torbellino, las cajas andaluzas han encallado. Los movimientos en Andalucía de las entidades o han sido fallidos o son de escasísimo calado financiero. Unicaja ha engullido a Caja de Jaén, una entidad pequeña que apenas le aporta músculo financiero; Cajasol ha hecho algo similar con Caja Guadalajara; CajaGranada ha salido fuera a buscar solvencia y Cajasur está a la espera de comprador.

El panorama que se vislumbra, de no remediarse, tiene un símil con la liga española, con dos equipos, el Barcelona y el Madrid, que están a años luz de todos los demás. En el campeonato hay otros cuatro equipos con capacidad para salvar los muebles, y una listado de clubes peleando por no bajar de categoría. Con la reestructuración del sistema financiero en España, Andalucía podrá seguir diciendo que tiene dos entidades, Unicaja y Cajasol, entre las diez primeras del país, pero la distancia de las que tiene por delante será inalcanzable si mantienen su actual tamaño.

El PSOE andaluz está preocupado. E incluso parece que también la oposición. Por ello, Griñán ha decidido salir de la indefinición y recuperar el proyecto de la caja única, con la fusión de Unicaja y Cajasol. En la última década, el principal problema para esta aspiración ha sido el furor localista que se fue extendiendo por la mayor parte de Andalucía. Pero ha habido algunos más, entre ellos el escaso tino del PSOE-A para elegir a las personas que ponía al frente de estas entidades, que entraban como militantes y salían como cajeros caudillos.

Un sistema financiero fuerte en Andalucía es básico para la cohesión de la comunidad, pero también clave para su futuro económico. Hay un ejemplo de libro. El grupo SOS, el principal productor de aceite en España, terminó con un presidente impuesto por Caja Madrid, cuando tres cajas andaluzas (Unicaja, Cajasol y Cajasur) duplicaban el porcentaje en el accionariado que tenía la entidad madrileña en la empresa. Y ya me dirán si el aceite no es un sector estratégico en Andalucía. Ahora estamos donde empezamos hace una década, con la discusión de si disponer de una caja fuerte o de una cajita andaluza en cada provincia.

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