_
_
_
_
Reportaje:

R quiere dar el salto con CVC

El fondo de capital riesgo británico tomará el control de la operadora gallega de cable con el objetivo de financiar su expansión en España y Portugal

Una sopa de letras esconde una alianza para financiar la expansión del operador gallego de cable, que cambiará de manos este mismo año. Con el fondo de capital riesgo británico

CVC, la compañía autonómica R quiere dar un salto muchas veces soñado: convertirse en una operadora global con presencia en España e incluso Portugal, donde ya tuvo licencias para cablear las áreas metropolitanas de Lisboa y Oporto.

"Podemos crecer de manera orgánica o comprando otras operadoras; está abierto el escenario", explica Arturo Dopico, primer ejecutivo de la empresa gallega. "En su día se tomó la decisión de no invertir en Portugal a pesar de contar con licencias porque no llegamos a los acuerdos adecuados para tener los accionistas que nos garantizaran el éxito, pero ese país es un área perfectamente viable para crecer y ahora no nos vamos a poner límites".

Los socios de R tienen planes de invertir hasta 1.800 millones de euros

Para abordar el futuro de una forma tan rotunda en un momento como el actual, y después de haber sido ratificado en el cargo, el primer ejecutivo de R ha tenido que ver cómo la compañía que dirige cambiaba de dueño. Caixanova ha dado el primer paso para ceder el control accionarial de la operadora gallega de la que era socio mayoritario desde 2008. CVC ha firmado la adquisición del 35% de la compañía de telecomunicaciones en manos de socios minoritarios y de la propia caja, que se desprende inicialmente de un 1,24%, hasta situar su participación en el 65%. Una opción de compra que acompaña al acuerdo permitirá al fondo de capital riesgo hacerse con otro 35% de R ahora en manos de la caja que preside Julio Fernández Gayoso.

El equilibrio de fuerzas establecido podrá dar la vuelta si CVC decide ejecutar su opción, como es previsible, con lo que la participación de Caixanova se rebajaría al 30% del capital de R, quedando el 70% restante en manos británicas. El acuerdo de venta suscrito establece un precio de mercado para la compañía de cable de 450 millones, con un endeudamiento de 250 millones. La aventura de Caixanova como accionista mayoritario de R ha durado un año y medio, después de que tomara el control de la compañía de la que ya era socio tras pagar a Unión Fenosa unos 150 millones de euros por su 35%, hasta hacerse con el 66,24% de la operadora.

El acuerdo de venta ahora suscrito no ha estado exento de polémica, pues se firmó justo un día después del comienzo de las negociaciones formales entre Caixanova y Caixa Galicia para abordar su fusión, y muchas fueron las voces que se alzaron para criticar la pérdida de una de las joyas de la cartera industrial de la entidad viguesa. Por el sector en el que opera, también parece ser estratégica para CVC, ya que la adquisición supone su entrada en las telecomunicaciones.

"Compartimos plenamente los objetivos de Caixanova, pues también los fondos de private equity son inversores a largo plazo, con un periodo medio de permanencia en las compañías de casi nueve años", explica Javier de Jaime, primer ejecutivo del fondo en España. "Nuestra apuesta es única y exclusivamente por la profesionalidad en la gestión, porque con ello se ayuda a desarrollar compañías fuertes con capacidad de competir dentro y fuera de España. Y R ha demostrado que cuenta con capacidad para liderar proyectos mucho más ambiciosos".

Dopico va más allá y pone blanco sobre negro las expectativas generadas para la compañía. "Hay un compromiso transmitido al Gobierno gallego de que los dos accionistas que se mantienen van a invertir en Galicia 330 millones de euros", asegura, "pero tenemos reservados otros 1.500 millones para crecer". Y ofrece algunas pistas: "El cable llega actualmente al 50% de los hogares que hay en España; hay mucho campo que ganar". Las ansiadas frecuencias de telefonía móvil regional son otro de los objetivos.

Tres reinos para tres operadoras

Galicia, Asturias y el País Vasco tienen mucho más en común que el azul del mar y el verde de sus montes. Por ejemplo, son las tres únicas autonomías con un operador local de cable, lo que convierte a estas firmas, por su implantación e identificación con el cliente, en un difícil competidor y un jugoso bocado. En el caso de Telecable, con base en Gijón y fundada en 1994, Cajastur tiene más del 90% de sus acciones.

Euskaltel, su equivalente vasca, cuenta con un capital más diverso, en el que la

BBK y la Kutxa suman algo más del 56%. El Gobierno vasco se reserva otro 7%. Plantilla, dimensión, clientes y cifra de negocio hacen a las tres operadoras muy similares. "Si nos hubiera comprado Ono o Telefónica, se seguiría ese modelo y todo lo que es R desaparecería", advierte Arturo Dopico.

La de R es la historia de una inversión acumulada, desde su creación en 1999, de más de 720 millones. Un millón y medio de gallegos (760.000 hogares, unos 74 municipios, según la compañía) pueden recibir todos sus servicios. Antes de la entrada de CVC, los planes pasaban por llevar el cable a otros 12 núcleos (100.000 clientes) en un plazo de dos o tres años, según las previsiones del grupo. Ahora, insisten, se abren otras puertas. Y los pasos los marcan también sus homólogas norteñas. Por ejemplo, Euskaltel ha creado una segunda marca, Viva Mobile, con la que ya tiene actividad fuera de su territorio. La operadora vasca intenta captar ciudadanos alemanes, británicos y holandeses, sobre todo, que viven o pasan largas temporadas en la costa española. Con base en Alicante, Viva Mobile es lo que se conoce como una marca de nicho, con vocación de captar clientes con alto poder adquisitivo. Ahora, ese es otro camino para R. -

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_