Lucio como referencia
Dunga sostiene que el mejor del partido fue el central del Inter y no Cristiano
En Suecia 58 fue un estelar Pelé de apenas 17 años; en Chile 62 deslumbró Garrincha; en México 70 volvió a reinar un Pelé maduro de 30 años; Romario y Bebeto recogieron los frutos de un Brasil ya muy armado en el torneo de Estados Unidos 94; y Ronaldo y Ronaldinho de otro parecido en Corea y Japón 2002. Ahora, sin embargo, es Lucio. Todos aquellos equipos campeones del mundo tuvieron como referencias a delanteros despampanantes, los mejores en cada momento.
Ahora brillan los defensas. Ni Luis Fabiano ni Nilmar. El mejor ayer de Brasil, que dominó a Portugal de principio a fin, no fue un atacante sino un zaguero, a juicio de su entrenador, Carlos Dunga. "Lucio organizó y cortó todos los pases a Ronaldo", declaró el seleccionador brasileño, en contra de la concesión de jugador más destacado del choque, the man of the match, a Cristiano Ronaldo, por parte de los aficionados. "Lucio fue mejor que Ronaldo, que no pudo demostrar su calidad técnica", razonó Dunga.
La preferencia del técnico es un equipo que defiende mucho mejor que ataca
Y siempre con la misma fórmula: mucho músculo y poca imaginación
Las zancadas destartaladas de Lucio siguen rindiéndole beneficios a los 32 años. En su tercera Copa del Mundo, el central brasileño tuvo la osadía de jugársela con Cristiano Ronaldo y, con mucha ayuda de sus compañeros y algo de fortuna, salió bien parado. Nadie le puede negar ni amor propio ni competitividad al central que viene de ganar la Copa de Europa con el Inter en el Bernabéu, además de la Liga y la Copa italianas.
La preferencia de Dunga no escapa a un fuerte carácter simbólico. Brasil es un equipo que defiende mucho mejor que ataca: solo ha recibido un gol y ha marcado cinco. Lo viene siendo desde que el técnico de Rio Grande do Sul, de 47 años, se hiciera cargo de la selección en 2006, conquistando la Copa América de 2007 y la Copa Confederaciones de 2009, siempre con la misma fórmula: mucho músculo y poca imaginación, aprovechando normalmente su velocidad a la contra.
Algo que trató de evitar ayer a toda costa Portugal, encerrado en su campo en casi toda la segunda parte. "Brasil ya ganó a la contra la Copa América a Argentina y a nosotros en un amistoso (6-2) nos goleó por jugar muy abiertos. Teníamos la lección aprendida", explicó el entrenador luso, Carlos Queiroz, satisfecho de haber salido ileso del choque.
"La técnica siempre fue una característica de Brasil", replicó Dunga, sin sonrojarse, convencido de que él defiende los valores tradicionales de la canarinha. "No estoy contento", añadió, "porque Brasil juega siempre para ganar. Es una característica de Brasil. Y, a pesar de que Portugal solo quería empatar, nuestra obligación era ganar".
La baja a última hora de Robinho se debió a "una pequeña" lesión, según el técnico. Y eso privó a Brasil de los espacios que crea "un regateador" consumado, suplido ayer por Nilmar, "un delantero con mucha rapidez". Kaká, sancionado, tampoco jugó.
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