Dos días para salvar las revistas
'48 Hour Magazine' es una publicación hecha en un fin de semana - Defiende la vigencia del papel en la era Internet
Para editar una nueva revista en papel en estos tiempos se requiere gran osadía (temeridad) o una enorme desconexión con la realidad (irresponsabilidad). La revista, tras un tiempo en que fue desprovista por petición popular de toda su vocación artística para convertirse en algo meramente utilitario (revistas de psicología para leer en la playa y listados de tiendas de decoración para la consulta del otorrino), sabe hoy que será objeto de deseo o no será. Con esta premisa se reunieron una tarde en un bar de San Francisco tres jóvenes periodistas estadounidenses. Animados por el éxito de la revista instantánea Strange Light, decidieron lanzar un proyecto de coste cero y confeccionado en su totalidad durante 48 horas desesperadas de un fin de semana de mayo. Así nació 48 Hour Magazine.
"La realidad actual de la prensa es totalmente divergente. Por un lado, hay poco dinero y menos puestos de trabajo; por otra, existen un montón de nuevas herramientas que facilitan y enriquecen la escritura y la edición", comenta Alexis Madrigal, periodista de la revista Wired y uno de los editores de este proyecto. La idea era aliarse con la tecnología para demostrar que la instrumentalización de la Red a favor del periodismo puede extenderse a la confección de una revista en papel. "Amamos la prensa en papel y la prensa digital y quisimos demostrar que no deben crearse barreras artificiales entre las dos".
La publicación se edita a través de Magcloud, una web que permite lanzar revistas pagando solo por los ejemplares solicitados por los lectores. Los responsables del sitio se encargan de la impresión, de la gestión de ventas y del envío por correo al comprador. El coste de cada página es de 20 céntimos de dólar, lo que obliga a doblar el precio final con respecto a cualquier revista de quiosco (48 Hour tiene 60 páginas). Esto lo ubica en el terreno de la revista-libro o la revista-objeto. "No vamos a ganar más de 3.000 o 4.000 dólares con esto y nuestros colaboradores no pueden contar con nosotros para pagar el alquiler, pero no perderemos dinero". Madrigal celebra la libertad que se dio a los colaboradores para proponer lo que les viniera en gana -artículos, ilustraciones y fotografías sobre béisbol, arte, moda o música-. Eso provocó que, dos semanas antes de enfrentarse a 48 horas de bebidas energéticas y café cargado, hubieran recibido 1.500 propuestas de temas. Aunque admite que sobre la hora 40 empezó a perder los nervios, el periodista y el resto de editores de este pequeño hito están esperanzados con el futuro de su publicación. "En agosto haremos el próximo en Los Ángeles y queremos poder pagar más dinero".
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