"El de 1966 con mi padre en el bar de Vilagarcía"

El primer Mundial que yo recuerdo es el del año 66; pasábamos el verano en Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) y me iba con mi padre a ver los partidos al bar del pueblo. Era todo un acontecimiento. Curiosamente ahora, tantos años después, alguna vez he hecho lo mismo con mi hijo cuando hemos estado de vacaciones en Canarias. Lo de ver el fútbol en grupo tiene su ambiente, se comentan las jugadas, se celebran o se lamentan al unísono, se hacen grandes amigos ocasionales... Es muy divertido.

Para mí el mejor mundial ha sido el de Brasil 1970, el de Pelé, y eso a pesar de que lo seguí de manera clandestina porque estaba interno en un colegio en León y nos tenían prohibido ver los partidos. Pero los chavales nos levantábamos con todo sigilo y conseguíamos verlos. Hoy no me cabe la menor duda de que los curas hacían la vista gorda, o es que nos se enteraban porque ellos también estaban a lo mismo. Aquel fue un Mundial excepcional, todavía recuerdo un Italia-Alemania, que acabó 4-3 y que es uno de los partidos de fútbol más emocionantes que yo he visto en mi vida.

Pero mi mejor recuerdo ha sido con mucha diferencia la victoria de España en la Eurocopa de Austria. Allí estábamos mi hijo Mariano y yo, en la grada, rodeados de hinchas españoles y tan entusiasmados como los demás. Yo no hacía más que decirle que era algo histórico e importantísimo. Él, con 10 años, ha visto ganar a España una Eurocopa y a mí me ha costado 50 años de decepciones y ocasiones perdidas, pero tengo la corazonada de que vamos a disfrutar mucho con nuestra selección en este Mundial. Un equipo que juega al fútbol con desenvoltura y alegría, sin divos, sin urgencias, sin presiones... Ya nos dieron una enorme alegría en Viena y yo me declaro dispuesto a disfrutar de otra semejante en Sudáfrica.