Omar Rayo, pintor y escultor colombiano
Sus obras se exponen en más de 80 museos, entre ellos el MoMA
"Ahora pinto con todo el abecedario", dijo Omar Rayo, hace cuatro años, cuando volvió a la vida después de un coma de 30 horas provocado por un infarto. El día 7, mientras desayunaba se desplomó; otro infarto acabó con la vida de este hombre, de 82 años; uno de los exponentes del arte geométrico en Colombia. Fue grande como pintor, escultor y grabador. Su vida artística empezó como caricaturista e ilustrador.
"Nunca, ni cuando acababa de escapar de la muerte tras el coma, perdía la lucidez y la alegría", dice el escritor y periodista Arturo Guerrero. Lo vio, en silla de ruedas, mientras se recuperaba en Miami. Rayo solo pensaba en pintar con más brío, en recuperar la energía para ejecutar las mil ideas que le rondaban en la cabeza.
Desde entonces, pasó del blanco, negro y rojo que marcaron sus obras, a usar más colores: amarillo y azul. Pero mantuvo siempre ese manejo impresionante de las sombras que daba profundidad y volumen a sus planos geométricos, cuadros, rectángulos, líneas de colores. Así, con más color, fue su última exposición: Los juguetes de Mateo, dedicada a su nieto.
Creó, en 1981, en su pueblo natal, Roldanillo, su propio museo: El Museo Rayo, "mi hijo bobo", "mi mejor obra maestra", lo llamaba. Fue su orgullo y su dolor de cabeza. Siempre se quejó de la falta de apoyo para su mantenimiento. "No puedo más. Estoy al término de mis fuerzas", fue la queja que se escuchó los últimos días al hablar de lo difícil que resultaba sostener el museo. Su esposa, Águeda Pizarro, poeta, mitad norteamericana, mitad española, organizó allí los ya famosos encuentros anuales de mujeres poetas. "Era su alma gemela", dice Arturo Guerrero.
Fue uno de los grandes artistas colombianos de la generación de los años veinte, nació en enero de 1928, junto a Alejandro Obregón, Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar. Todos ellos pertenecieron al grupo selecto de artistas latinoamericanos de la misma generación: Jesús Soto, de Venezuela; Fernando Szyszlo, de Perú; José Luis Cuevas; de México.
David Manzur, también artista colombiano, señala la "yuxtaposición de colores opuestos", como uno de los aspectos más significativos de la obra de Rayo. "Producía efectos ópticos inimaginables", dice. Manzur coincidió con Rayo en Nueva York; allí vivió el artista fallecido de 1960 a 1976, años vitales en los que empezó su incursión en el arte geométrico. Doce de sus obras están expuestas en el MoMA. Ochenta y cuatro museos del mundo tienen creaciones suyas.
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