Normandía, un jardín impresionista

Monet, Manet, Renoir, Cézanne, Gauguin, Sisley, Pissarro, Degas... El festival Normandie impressionniste, el mayor acontecimiento cultural del verano en Francia, acaba de empezar y se extenderá a lo largo y ancho de los cielos, las tierras, los ríos y los valles normandos hasta finales de septiembre. Constituye una ocasión única para gozar de un estilo pictórico excepcional, envuelto en los paisajes que lo vieron nacer, algunos de los cuales no son más que, todavía hoy, un bello cuadro impresionista hecho realidad.

Acudir a las raíces de las que se nutrió este movimiento que a partir de 1874 cambió la percepción del arte moderno proporciona, sin duda, una emoción añadida. Y también una mayor capacidad de comprensión: mucho de lo que hemos visto en los lienzos estaba ahí.

Música (los geniales coetáneos Debussy, Fauré, Ravel, Dubois o Satie), teatro, danza, fotografía, instalaciones, espectáculos nocturnos, travesías por el Sena (el omnipresente río) y citas festivas populares completan, además de las extraordinarias exposiciones pictóricas, el apretadísimo programa (que se puede consultar en www.normandieimpressionniste.com).

Todo ello en una región donde los quesos (livarot, pont-l'évêque y, muy especialmente, camembert), la sidra, el famoso aguardiente calvados, las carnes, el lenguado y las ostras se constituyen en perfectos compañeros de viaje (www.normandie-tourisme.fr).

Giverny

La decisión de Monet de convertirlo en 1890 en su hogar (definitivo, pues está enterrado junto a la iglesia de Sainte Radegonde) cambió el curso de la historia de este pueblo pequeño, apacible y perfectamente equipado para la visita turística. En sus alrededores, como recuerda una placa en L'Ancien Hotel Baudy (su punto de encuentro), se agruparon artistas consagrados como Cézanne, Renoir, Sisley y Rodin; pero también muchos de los pintores impresionistas americanos, que fundaron aquí una escuela.

La casa (99, Rue Claude Monet) y, sobre todo, el estanque y el jardín del pintor (que él consideraba su mejor obra de arte y cuya inspiración le alimentó durante casi cuarenta años) constituyen la cita por antonomasia, reforzada hasta el 18 de julio por la exposición, en el Musée des Impressionnismes (www.museedesimpressionnismesgiverny.com), de El impresionismo a lo largo del río Sena: de Renoir y Monet a Matisse; y del 19 al 29 de agosto, por el festival internacional de música de cámara.

Honfleur

El Sena, después de vivificar Normandía, comienza su despedida en Honfleur, en cuyas estrechas y empinadas calles se pueden sentir los ecos melancólicos de las Gymnopédies de Erik Satie. Se conserva la casa (67, boulevard Charles V) donde nació en 1866, convertida en evocador escenario de su vida y de su música.

No es el único artista de renombre que vio la luz en esta localidad pintoresca, grata y bien cuidada: también lo hizo en 1824 Eugène Boudin, a quien está dedicado un museo (situado en la plaza de Erik Satie). Boudin tomó muy frecuentemente su tierra natal como sujeto de sus lienzos, al igual que otros pintores, que acudían a este estuario atraídos no solo por el paisaje, sino también, fundamentalmente, por su luz. Trasladar los caballetes al aire libre fue una de las grandes revoluciones del impresionismo.

En este espacio museístico se verá, hasta el 6 de septiembre, Entre tradición y modernidad, 1820-1900, con dos centenares de obras, entre otros, de Corot, Courbet, Monet, Seurat y Vuillard.

La otra gran exposición en Honfleur, Pintar en Normandía, se desarrollará entre el 17 de julio y el 29 de agosto en un singular escenario: el Petit Grenier à Sel, antiguo almacén de sal del siglo XVII. Creada en 1992, esta colección tiene como hilo conductor el reflejo pictórico de la tierra normanda desde finales del siglo XIX hasta comienzos del XX.

Rouen

La insistente mirada de Claude Monet sobre la fachada de la catedral gótica de Notre-Dame y la treintena de lienzos que pintó entre 1892 y 1894 con el mismo (¡y tan diferente!) tema hacen de Rouen, además de la capital de las impresiones fugitivas, la ciudad emblemática del arte impresionista. Monumental, universitaria y asequible (el casco no llega a 115.000 habitantes), su bien nutrido Museo de Bellas Artes (www.rouen-musees.com) acoge hasta el 26 de septiembre la exposición estrella: Una ciudad para el impresionismo: Monet, Pissarro y Gauguin en Rouen. En el Museo de la Cerámica se puede ver, también hasta el 26 de septiembre, La cerámica impresionista, mientras que el Museo Marítimo, Fluvial y Portuario (www.musee-maritime-rouen.asso.fr) cede su espacio para Diversiones náuticas en tiempo de los impresionistas, que se prolongará hasta el 17 de mayo de 2011.

Las noches impresionistas (www.rouen.fr) se desarrollarán hasta el 26 de septiembre, iluminando la fachada del Museo de Bellas Artes (la de la catedral está cubierta de andamios) y la explanada Marcel Duchamp: luz, color y vida en cuatro sesiones diarias de 18 minutos de duración.