Huelga de funcionarios
Después de varios años de sufrir un descrédito constante, al cual en parte hemos contribuido, los empleados públicos, parece que a raíz de las medidas de reducción de nuestros salarios tomadas por el Gobierno, tomábamos conciencia de nuestra importancia y de nuestra posibilidad como fuerza movilizadora y reivindicativa dentro de la sociedad de que formamos parte. Todo ello, en mi opinión, ha quedado en agua de borrajas con el escaso seguimiento que ha tenido la convocatoria de huelga del pasado día 8 de junio.
Todo empleado público tiene sus razones, todas respetables, para seguir o no seguir dicho paro, pero lo que en mi opinión ha quedado claro es que hemos perdido una gran oportunidad para mostrar nuestro descontento con esta situación, y de hacernos valer como colectivo con influencia en el debate social, precisamente ahora que contábamos con un apoyo claro dentro de la opinión pública.
Aunque habría que excluir a aquellos empleados públicos que su situación de interinidad no les PERMITÍA sumarse a dicha convocatoria, empleados que también existen dentro de la función pública y no en escaso número.
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