El Festival Clásicos en Alcalá arranca con una huelga

La décima edición del Festival de Clásicos en Alcalá, convertido ya en tradición en la ciudad complutense, comenzó ayer de forma accidentada por culpa de una huelga de los técnicos de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC). Según figuraba en el programa del festival, la obra que debía dar el pistoletazo de salida era El condenado por desconfiado. Sin embargo, el citado paro alteró los planes y, en lugar de la obra de Tirso de Molina, el elenco artístico de la CNTC preparó como espectáculo alternativo para la gala de inauguración una dramatización de una selección de textos del Siglo de Oro acompañada por música y proyecciones audiovisuales.

Hasta el 4 de julio, Lope de Vega o Tirso de Molina cobrarán de nuevo vida sobre las tablas del teatro Salón Cervantes y del Corral de la Comedia de Alcalá de Henares, a los que se suman nuevos escenarios, como el patio de la Antigua Hospedería de Estudiantes, de reciente apertura como espacio dedicado a actividades culturales. Este año tendrá un protagonismo especial el Lazarillo de Tormes, con un ciclo que acogerá el claustro del colegio del Rey, donde se podrán ver el montaje de Rafael Álvarez El Brujo y las versiones de las compañía Teatro do Morcego e Ítaca Teatro. Música, danza, exposiciones, talleres y espectáculos callejeros completan el programa del festival.