El Xacobeo más "primoroso"

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, puso ayer un toque Lladró en sus estancias, y es probable que el deán, José María Díaz, también lo hiciese en el convento de monjas que habita. Se lo tendría bien merecido, después de los piropos que dedicó ante los micros al nuevo Santiago peregrino de la firma valenciana, durante el lanzamiento de la pieza cerámica conmemorativa del año que corre, un acto solemne que tuvo lugar en la catedral, donde la propia marca restauró dos vidrieras en el año 2000.

En su estilo habitual, el deán aportó erudición de archivero a la rueda de prensa. Recordó que la figura del apóstol supuestamente enterrado aquí es la número uno de la iconografía católica, "la más repetida" en todo el orbe, "por encima de San Pedro y San Pablo". En la Edad Media el Zebedeo era el mayor de los súper éxitos, aunque luego se viniese un poco abajo cuando la Virgen del Pilar le arrebató la mitad del protagonismo copatroneando "las españas". Según Díaz, Santiago ha tenido más fans en su versión peregrina que en su cariz "batallador" (el deán evitó en todo momento decir "matamoros"), que siempre tuvo "muchas connotaciones históricas" y "en cierto modo" es hoy "puesto en discusión".

Los "dotados de sensibilidad" se fijarán en esta figura, dijo el deán

La pieza, idéntica a otra de 1999, mide 26 centímetros y cuesta 225 euros

Tras la mesta lección de historia del arte, Díaz llegó a donde tenía que llegar, y promocionó el nuevo producto: "Muchos peregrinos, al llegar, buscan esta imagen para poder llevársela a casa", dijo, "estoy seguro de que se fijarán en ésta de Lladró", en especial los "mayormente dotados de sensibilidad artística". El jefe del cabildo felicitó a la marca y le dio las gracias por lograr una figura "pequeña", "asequible" y "primorosa". "Le auguro una gran difusión", añadió dirigiéndose a la presidenta de la firma, Rosa Lladró, desplazada a Santiago para presentar la pieza.

Así que cuando le tocó el turno al arzobispo, como el deán había dejado tan arriba el listón, Barrio Barrio tampoco escatimó elogios. Habló de la importancia que tienen los "signos externos" como las figuras, al ser "referentes" de las experiencias "vividas y sentidas" previamente en el Camino. Calificó de "bella" la imagen de Lladró, una pieza de "gran delicadeza", y agradeció a la empresa su "sensibilidad" y su "inquietud". Esto, después de que la propia Rosa Lladró reconociese que esperaba que la marca hubiese "acertado" con el peregrino de gres y esmalte para que "mucha gente se lo lleve a casa, que es de lo que se trata".

El "asequible" apóstol de chinero (26 centímetros de altura), en edición ilimitada, sale al mercado esta vez por 225 euros, y las primeras cien unidades que compren los forofos (la empresa asegura que Galicia es un buen mercado, aunque el mejor es Japón, y también lo son Reino Unido, Rusia, India y EE UU, donde el Payasito con perritos rondó el millón de pesetas antes de agotarse) irán embaladas en una "caja conmemorativa".

No es la primera vez que Lladró, con clientes en más de 130 países, se fija en la capital de Galicia (ya proyectó un mago Merlín y un tuno para este mercado). Y tampoco es la primera ocasión en la que aprovecha el tirón del Camino. La figura ayer presentada, idéntica aunque en versión "porcelana y acabado brillo", también se lanzó en 1999, y aún hoy se puede topar a través de internet a 175 euros. Más difíciles de conseguir, entre los aficionados a lo "primoroso" y lo "delicado", son los otros dos diseños realizados para la marca también por el escultor Salvador Furió: el Santiago apóstol, del Xacobeo 93, y El peregrino de Santiago, del Año Santo 1999. Eran piezas más grandes (40 y 52 centímetros de alto) y caras, y de cada una sólo se fabricaron mil unidades. Fraga fue el primero en recibir una. Después, tras el furor jacobeo, quedaron descatalogadas.