Hitzfeld invita al sueño helvético

En la Confederación Helvética hay cuatro lenguas oficiales, bellos paisajes, una constitución que proclama un sistema territorial de carácter federal y, desde ayer, un nuevo héroe nacional, Ottmar Hitzfeld, el seleccionador, un viejo zorro, que no del desierto, que permitió a todo un pueblo ganarse el derecho a soñar después de un triunfo histórico ante España. Algo tendrá la selección suiza cuando la bendicen.

Si bien su presencia en las fases finales de los Mundiales no es una constante, el equipo helvético quedó eliminado de su última participación en una fase final, en Alemania 2006, sin encajar un solo gol y después de una tanda penaltis en octavos frente a Ucrania, en la que, por cierto, no anotó ningún lanzamiento.

Gelson: "Para ganar a un equipo como España hay que tener un poco de suerte"

Como su anterior participación se remonta a 1994, en Estados Unidos, resulta que el último gol encajado fue precisamente ante España, que la derrotó por 3-0 en octavos de final. El tanto, de penalti, fue obra de Begiristain, ahora director deportivo del Barcelona. La venganza llegó ayer, 16 años después, puesto que Suiza no participó en los Mundiales de Francia 98 y Corea y Japón 2002.

Mientras la comunidad hispana de Suiza se lamía las heridas tras la derrota, la prensa helvética pronto magnificó lo realizado por su selección al lograr un resultado inesperado: "Ottmar Hitzfeld es un mago", indicaba Le Temps, diario de Ginebra. De hecho, el equipo suizo no ganaba en su estreno en la Copa del Mundo desde el lejano Mundial de 1954, celebrada en la propia Suiza, cuando derrotó a Italia.

Ayer tocó ganarle a España: "Es una sensación muy agradable vencer al favorito. Son tres puntos inesperados y en un choque de este tipo se necesita suerte", destacaba Hitzfeld en sala de prensa. A pesar del agradable sabor del triunfo, el veterano preparador alemán se felicitaba por la actuación de su guardameta, Benaglio. "Creo que casi ha ganado el partido. Estaba muy concienciado y ha estado sobresaliente". Tan contento estaba Hitzfeld como perplejo el aficionado español. El motivo no era otro que el inesperado tropiezo de una selección favorita ante un equipo de perfil más bien bajo.

Le ocurrió a España en su Mundial 82 frente a Irlanda del Norte (0-1), en Francia 98 al caer ante Nigeria en el estreno (2-3) y también, aunque no fue en la primera fase, pero sí en los cuartos de final, frente a Corea en 2002.

"El sueño se ha convertido en realidad. Estoy contento por el equipo y por todo el país", aclaraba el goleador Gelson Fernandes, héroe inesperado de un partido destinado a ensalzar la clarividencia de Xavi, el regate de Silva o los goles de Villa. Un tanto de oportunista de Fernandes abrió las puertas del cielo para su equipo: "He seguido a Eren (Derdiyok) porque sé que llega siempre al área cuando va en carrera". Tanta fe en su compañero vino acompaña de un comentario sobre su entrenador, Hitzfeld. "Nos dijo que no teníamos ninguna presión porque no éramos favoritos. Luego, hemos tenido un poco de suerte, ya que el potencial ofensivo de los españoles es enorme, pero también hemos podido hacer el segundo", aclaraba. Hitzfeld, por su parte, tenía fijado ya en su mente el próximo encuentro ante Chile. El viejo zorro quiere otro triunfo.