El reto de hablar a adolescentes de sexo en la consulta

La adolescencia es una etapa en la que los médicos destacan tres grandes conductas de riesgo. Los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual; los accidentes de tráfico (fundamentalmente con motocicletas) y el abuso de drogas. Pero no es fácil llegar a los chavales de entre 12 o 13 años a los 18. Se escapan de la atención del pediatra y no acaban de recibir la atención que merecen por parte de los médicos de familia, como se puso de manifiesto en el congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), que ayer se inauguró en Valencia.

Junto a reconocer los problemas a los que se enfrentan -"hay una tendencia a transmitir una sexualidad llena de miedos", "tenemos una asignatura pendiente"-, los médicos abordaron algunas de las claves para hacer frente a esta situación. Asensio López, responsable del grupo de atención al adolescente de la Semfyc, apeló a sus compañeros a realizar consultas exhaustivas a los chicos y chicas que se presenten en la consulta. Y dio pistas para guiar a sus colegas. "Lo que nos interesa es la capacidad de influir como autoridad sanitaria, por lo que tenemos que ganarnos su confianza". ¿Cómo? "Con mucho respeto, sin avasallar y pidiendo permiso para abordar cuestiones como su vida sexual o el consumo de alcohol". Y si usted acompaña a su hijo y el médico le pide que abandone la consulta, no se preocupe: "Hay que respetar la privacidad de los menores y garantizar que lo que hablemos no saldrá de la consulta". Además, López advirtió de que no hay que pasarse con la cercanía. "No tenemos que ser sus colegas, sino profesionales capaces de crear empatía para trasladarles consejos relacionados con su salud". "Sabemos que los adolescentes no olvidan el mensaje que se les da en la consulta y si encadenamos otras acciones, tenemos más posibilidades de influir en su comportamiento", concluyó.

"Hay que acercarse con respeto y sin avasallar", apunta un especialista

El presidente de la Societat Valenciana de Medicina Familiar i Comunitària (Svmfic), Carlos Fluixá, aprovechó el congreso para alertar de que, con motivo de la crisis económica, "no se están sacando las plazas de algunas de las jubilaciones que se producen en el sector". Esta circunstancia se está traduciendo en que, en algunos casos, aumente el cupo de pacientes asignados por médico por encima de los 1.500 recomendados por la OMS. "Hay profesionales con 2.000 pacientes" a su cargo, comentó. En todo caso, la Comunidad Valenciana "está en un punto medio. Hay autonomías que están mucho peor y otras, como en Murcia, en las que se ha cuidado mucho" este aspecto.

Para Fluixá, la crisis "debe fortalecer la atención primaria" y representa un buen momento para valorar el acuerdo alcanzado en 2007 entre la sociedad y la Consejería de Sanidad, que contenía siete puntos "básicos" para el desarrollo de la medicina de familia. Esa lista incluía la adecuación y asignación de recursos, la mejora del estatus de los coordinadores, un plan contra la burocracia, el incremento de la capacidad de resolución de los equipos, los cambios organizativos, los cupos y la autonomía presupuestaria. "Se han cumplido con intensidad algunos de los puntos, como el plan contra la burocracia, la informatización de la historia clínica o la capacidad de resolución", apuntó Fluixà, aunque quedan otros pendientes, "como las actuaciones de medicina preventiva".