"Los laterales brasileños también somos inteligentes"
Imaginar un futuro sin penurias parece una quimera en ciertos enclaves de São Paulo. Pero la Fundación Cafú, creada por el lateral bicampeón del mundo para luchar contra la exclusión social en su lugar de origen, tiene un lema: Todo niño tiene derecho a soñar. El humilde barrio paulista de Jardim Irene se beneficia ahora de la obra social de Marcos Evangelista de Morães Cafú (São Paulo, 1970), un hombre que vio realizados sus sueños y que no olvida sus raíces. Tampoco olvida que es el único futbolista que disputó tres finales consecutivas de la Copa del Mundo. Ganó dos.
Pregunta. Debe de sentirse muy orgulloso.
Respuesta. Muy orgulloso. Por eso, cuando levanté la Copa del Mundo en 2002, llevaba rotulado en mi camiseta: "100% Jardim Irene". Era una motivación para esa gente. Para demostrarles que naciendo allí también se puede llegar a lo más alto.
"Tiene razón Cruyff: hay que colgar al que inventó el término 'carrilero"
P. En la final de 1994, ante Italia, sustituyó a los 20 minutos al lesionado Jorginho. Después confesó que estaba muy nervioso.
R. Tenía sensaciones extrañas. Sabes que sustituyes a uno de los principales jugadores del equipo y enfrente estaba nada menos que Italia.
P. ¿Qué recuerda de las celebraciones?
R. Creíamos que nunca nos iban a dejar volver a casa.
P. En 2002, Brasil comenzó el Mundial sin saber muy bien hasta dónde llegaría y entró en la final sabiendo que era muy difícil que la perdiera.
R. En lo individual, ya era mucho más maduro. Fue la Copa de la superación. Brasil venció de manera incontestable: siete partidos, siete victorias, la mejor defensa, el mejor ataque... Y nadie creía en nosotros.
P. Y usted, como capitán, alzó el trofeo emulando a su ídolo, Carlos Alberto.
R. Fue un espectáculo. Fui rescatando en unos segundos cosas del pasado que ya ni recordaba. Y tuve la oportunidad de hacer lo mismo que el glorioso capitán de la selección de 1970.
P. Técnicos como Carlos Alberto Silva o Telé Santana le enseñaron el valor de jugar con alegría.
R. Todo lo que conquisté lo conseguí con mucha alegría y mucha disciplina. Así es como se debe jugar al fútbol.
P. En una ocasión, Tim, una vieja gloria de los banquillos brasileños, aleccionaba así a un lateral un tanto alocado: "Fíjese en las vallas de publicidad. Desde el cartel de refrescos hasta el de frigoríficos sea simple. Juegue tranquilo, a uno o dos toques. Desde el de frigoríficos hasta la línea de fondo, atrévase: acelere, encare y regatee como quiera". ¿Un buen consejo?
R. Sin duda. El lateral tiene el papel más difícil, por específico, junto al del portero. Tiene que atacar, defender, marcar, hacer coberturas... Es un puesto con una mecánica muy particular que necesita intuición y mucho entrenamiento.
P. Nilton Santos, Djalma Santos, Carlos Alberto, Leandro, Junior, Roberto Carlos... No solo corrían mucho. Tenían un gran conocimiento del juego.
R. Cruyff dijo que había que colgar a quien inventó el término de "carrileros" y tiene razón.os mejores laterales brasileños tenían características como la fuerza, la garra y la determinación, pero también mucha inteligencia.
P. Ahora Brasil tiene dos excelentes laterales diestros. ¿Cómo valora a Maicon y Dani Alves?
R. Maicon es un jugador de fuerza, que creció mucho físicamente desde que llegó al Inter. Tácticamente, es muy disciplinado. Dani Alves es más habilidoso, más de regate, y sabe colocar el balón con más facilidad.
P. ¿Por qué Brasil ya no produce grandes laterales zurdos?
R. Es una cuestión generacional.
P. Usted fue compañero de Dunga. ¿Le reconoce ahora?
R. Es el mismo que en 1994. Su personalidad no cambió. Es la de un jugador que ahora trabaja como técnico. El Dunga que no cambió, el que no cede nunca.
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