Con la crisis hay quien juega
El colectivo Derivart interpreta la burbuja inmobiliaria con arte y humor
¿Qué es una burbuja inmobiliaria? ¿Cómo se forma y por qué explota? Se lo preguntan muchos ciudadanos y también Derivart, un colectivo que trabaja en la intersección entre el arte, la tecnología y las finanzas, formado por el artista Jesús Rodríguez, el ingeniero informático y diseñador Mar Canet, y el sociólogo Daniel Beunza.
Juntos han decidido ofrecer una relectura de la historia de la crisis a través de sus obras, enfrentándose al pesimismo económico desde el humor, la ironía y el juego. Su exposición Jugando en tiempos de crisis, abierta en la galería TK de Barcelona hasta el 31 de julio, establece una interesante relación entre lo físico y lo virtual, lo analógico y lo digital, a través de obras que mezclan sin complejos técnicas tradicionales, como la pintura, con las nuevas tecnologías.
En el 'Tour del ladrillo' se propone un viaje por grandes expropiaciones
El cementerio de empresas quebradas incluye vídeos sobre sus directivos
Así la Hipotecadora, una pieza de software art, accesible a través de Internet, donde el usuario debe introducir los datos de su hipoteca para conseguir una evocación gráfica de la edad que tendrá al acabar de pagar los plazos, se convierte en un sugerente dibujo a tinta china, donde Rodríguez ha reunido los rostros de algunas de las personas que han participado en el proyecto.
La plataforma virtual Casas Tristes, nacida como base de datos online para detectar las viviendas vacías o en desuso, se plasma en la muestra como una serie de serigrafías que combinan la visualización de determinados momentos históricos con el respectivo código de programación informática. "Casas Tristes no se creó para denunciar de forma individual las viviendas vacías o sus propietarios, sino para dar una visión general del problema a partir de datos concretos", explican.
En este juego de metáforas y referencias -inmediatas, mas no por eso menos eficaces- todo empieza con una brillante hormigonera, en cuyo interior se proyecta un vídeo que enfrenta las dos caras del desarrollo inmobiliario: por un lado, el teóri-co de la estrategia de la expropiación de terrenos y, por el otro, las voces de los expropiados.
La larga sombra de la corrupción lo envuelve todo y resulta especialmente evidente en las fotografías del Tour del ladrillo, un viaje por los lugares de las grandes expropiaciones. "Que no cunda el pánico. Aunque se olvidan rápidamente, las crisis son recurrentes", asegura Derivart. Lo demuestra con tres juegos, que han desarrollado para la Game Boy, con ocasión del 20º aniversario de la célebre videoconsola. En el primer juego, que se refiere a la crisis de 1980, hay que destruir los tipos de interés; en el segundo, la de los noventa, hay que conseguir que no suba el barril de petróleo; y en el tercero hay que destrozar la burbuja. Y como la del ladrillo es una historia que termina mal, la muestra se cierra con el cementerio de los Zombis inmobiliarios, ideólogos y víctimas de la burbuja, empresas en bancarrota, cuya lápidas además de las fechas de nacimiento y las de suspensión de pagos, muestran un vídeo con los mejores momentos de sus directivos. Verdaderas perlas.
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