Trabajando con el futuro
Desde el corazón de Vila-real, conecto mi coche en dirección al Barrio del Progrés... voy alejándome de la civilización y me va invadiendo una especie de paz, de aire renovado, de vía de escape rumbo a esa parte del poblado más campestre.
Ese fragmento de pueblo tiene aroma residencial. Pero su estado es puro y salvaje. Voy acercándome a la Casa de Barri Municipal, donde trabajo en el Centre d'Esplai con los chavales del barrio. El proyecto que el Ayuntamiento desarrolla aquí los une para realizar juegos y actividades comunes. Les permite decidir a qué juego de mesa van a jugar y formar sus grupos, compartir unas normas de juego, hacer talleres creativos, reutilizar productos de deshecho y transformarlos en cosas útiles y plantear nuevas actividades a desarrollar. Tienen a su disposición materiales y juegos para utilizar y cuidar. Son del Centro, son suyos y son de todos.
Los niños/as entran, están... Otras veces salen al parque. El objetivo es que participen un rato del programa propuesto y mientras ellos entran y salen, nosotros, los educadores, vamos transmitiendo temas para la reflexión, el respeto hacia ellos mismos y su entorno inmediato.
A veces pienso que ellos son privilegiados al vivir por aquí. Tienen libertad para estar en el parque, jugar a fútbol en la pista de un barrio donde quedan muchas zonas libres de coches y en plena naturaleza. Y próximamente tendrán un pabellón deportivo y nuevas infraestructuras.
Son niños criados con una fortaleza que los diferencia, rurales, como los de antes... pero esa libertad también se debe ir canalizando para que no pueda resultar excesiva. Ellos tienen ahora que formarse y estudiar para tener un futuro laboral más seguro y para muchos de ellos, y en plena adolescencia, eso está lejano... imagino la lucha diaria que tendrán desde sus casas con muchos de ellos.
Día a día, ellos hacen que me cuestione cualquier límite. Las normas que son claras en otros espacios, aquí se espacian. Hay que encontrar el equilibrio adecuado. Cualquier actividad que podría estar garantizada en el centro y sus alrededores, aquí es otra película. O, sencillamente, no tienes película. Y ahí están las diferentes tribus urbanas mezclando infancia y adolescencia y haciendo de las suyas. Allí la historia se escribe minuto a minuto. Para ellos el centre es un punto de encuentro. Y yo pienso que es perfecto Y aunque hay días que mi cerebro se resiente, siento que ellos y nosotros, a través de ese Centro, tenemos un vínculo especial, invisible pero importante en éste Barrio del Progrés.
María José Valtueña es psicóloga y trabajadora del Centre d'Esplai del barrio El Progrés.
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