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Reportaje:

La UPV pierde alumnos extranjeros

Los responsables de la universidad pública analizan la situación para evitar nuevos descensos - La cifra se ha reducido un 13% desde el año 2007

Una universidad europea global, en que el intercambio sea fluido y las barreras desaparezcan. En un escenario universitario, el del Plan Bolonia, en el que la movilidad del alumnado se consolida como un criterio más para la formación, la Universidad del País Vasco (UPV) finaliza este curso, por segundo año consecutivo, con un descenso de los estudiantes extranjeros que acogen sus tres campus.

Las cifras que preceden al cambio de Bolonia resultan favorables a la UPV en cuanto al alumnado vasco que sale al extranjero para pasar unos meses en otra universidad, pero no en las de estudiantes a los que acoge. El descenso desde hace dos cursos coincide con un momento en que las estancias en el extranjero y el conocimiento de idiomas resultan prácticamente indispensables.

743 estudiantes de la UPV han ido este curso a una universidad europea

Los datos provisionales de este año en la universidad pública muestran que desde 2007 se han reducido los estudiantes extranjeros en un 13%. Durante este curso han sido 452. En el caso de los alumnos de la UE, los que se acogen a las becas Erasmus, después de cinco cursos consecutivos de caída, desde el 2004-2005, este año se ha registrado un ligero repunte: se hapasdo de los 389 del pasado ejercicio a los 417 del actual.

En comparación con el número de alumnos que la UPV envía a otros países, esos números se muestran tradicionalmente inferiores: este curso han sido 743 los que han estudiado en una universidad europea.

La UPV analiza las causas del descenso. Miriam Peñalba, vicerrectora de Proyección Internacional, reconoce que su equipo está haciendo un estudio con el objetivo de "realizar un diagnóstico y frenar la caída", explica. El rector, Iñaki Goirizelaia, ya adelantó en el Parlamento que la universidad se halla lejos de alcanzar los objetivos europeos, cuyo reto pasa por lograr una movilidad del 10%. Los responsables de la UPV desconocen si la caída se da en áreas concretas o si resulta generalizada en todas las facultades y escuelas.

El pasado curso, el mayor desequilibrio entre entradas y salidas se registró en el campus de Vizcaya, donde frente a los 322 alumnos que marcharon a Europa tan sólo llegaron a la UPV 171. Las cifras en los otros dos terriorios se equilibran más. En cuanto a países, se da un mayor escalón en los intercambios con el Reino Unido, donde el número de estudiantes enviado fue un 91% mayor que el de los recibidos. Un porcentaje similar, aunque con un menor número de intercambios, se registra con Suecia. Euskadi acoge sobre todo a alumnos de Italia, Francia y Alemania en el caso de los Erasmus, y de México, Chile, EE UU y Rusia en el de otros países. Los destinos de los jóvenes vascos son Italia, Alemania, y Francia, junto con Reino Unido, Canadá, EE UU, Chile, México y Argentina.

¿Cuál es la causa de este descenso? Peñalba admite que la competencia ha crecido, ya que las universidades de distintos países apuestan cada vez más por estos programas de movilidad, por lo que se da un reparto del alumnado que antes no existía. De hecho, la vicerrectora recuerda que España sigue siendo el mayor país receptor de estudiantes europeos, aunque la distancia que mantiene con Alemania, segundo país en dicha clasificación, va acortándose.

El idioma supone otro de los inconvenientes para los estudiantes extranjeros. Las 150 asignaturas ofertadas en inglés en los tres campus de la UPV ayudan, pero no resultan suficientes. Por ello, el Vicerrectorado trabaja para "formar paquetes coherentes en inglés, para que el que venga pueda matricularse en todas a la vez".

Entre las razones también se encuentra la propia crisis. El dinero que un alumno de Euskadi recibe por viajar a un país europeo ronda, con las becas de las distintas instituciones, los 448 euros mensuales. A ellos se suman las ayudas que conceden las tres cajas de ahorros.

Los posgrados ofrecen tasas de movilidad más deficitaria, ya que no reciben tantos estudiantes extranjeros, aunque "la tendencia está cambiando", apunta Peñalba. La vicerrectora de Proyección Internacional reconoce que con los nuevos grados se espera un aumento de los estudiantes vascos que se acojan a programas de movilidad, en parte porque carreras como Enfermería o Magisterio, que hasta ahora duraban tres años, pasan a cuatro, un escenario que se muestra más propicio para plantearse esas opciones.

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