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Bienvenidos al centro social Tabacalera

La antigua sede de la compañía en Lavapiés se inaugura hoy como centro social autogestionado con actividades abiertas a todos los ciudadanos

Las goteras se han reparado, los interruptores vuelven a funcionar y los muebles antiguos se han recuperado en la antigua Tabacalera de Madrid. Tras varios meses de trabajos, el edificio abre hoy sus puertas como un centro social autogestionado por las agrupaciones de Lavapiés. Ante la demora que ha sufrido el proyecto para convertirlo en el Centro de Artes Visuales, el Ministerio de Cultura ha decidido ceder el espacio a diversos colectivos sociales. Una okupación legal de casi 28.000 metros cuadrados que, desde hoy, serán escenario de actividades como teatro, musicoterapia, poesía o local de ensayo de un coro.

Un debate sobre el uso del espacio público fue la simiente del proyecto Tabacalera (http://latabacalera.net). "Empezamos a pensar sobre el edificio en 2005, cuando llevaba 10 años cerrado, y lanzamos propuestas para que volviera a funcionar, pero al servicio del barrio", explica Carlos Rodríguez, de 37 años, un "currante y terrorista cultural", como él mismo se define, perteneciente a uno de los grupos que trabaja en el edificio. La idea de montar un espacio cultural para el barrio quedó en el olvido hasta que el pasado diciembre el área de Bellas Artes, dependiente del Ministerio de Cultura, se puso en contacto con estas agrupaciones. Les invitaron a comisariar una exposición sobre el movimiento vecinal en Arganzuela, pero ellos fueron más allá y reclamaron el espacio para actividades culturales.

Dicho y hecho. A finales del año pasado se instalaron y comenzaron a trabajar. "Tenemos una cesión de un año, ampliable a dos, y estamos abiertos a las propuestas de cualquier ciudadano que le apetezca implicarse", continúa Rodríguez. Sus actividades se desarrollan en la zona de los despachos y, además de cinco naves, gestionan uno de los tres patios del gigantesco edificio.

Cruzar el umbral de Embajadores 53 es como viajar al pasado arquitectónico de Madrid: arcos perfectos, techos sin final, patios interiores y un frescor como de bodega. Toda una reliquia de la arquitectura civil del siglo XVIII. Pero no solo vecinos y activistas pueden disfrutar de la solera del edificio. Este se ha convertido en sala de exposiciones temporal -ya lo fue el año pasado, cuando albergó videoinstalaciones durante Les Rencontres Internationales- que va consolidando Tabacalera como un espacio cultural de referencia.

El pasado mayo se presentó la muestra E. CO 2010 (www.fotoeco.es), que recoge la visión de un centenar de fotógrafos sobre el medio ambiente. En las vetustas paredes no se exhiben imágenes de cormoranes cubiertos de petróleo ni paisajes-denuncia. En su lugar, imágenes que critican a la sociedad cochedependiente o el retrato-reflexión de una mujer africana con el cuerpo pintado con el logo de Louis Vuitton que sostiene un bolso de la firma.

Foto radical de 20 colectivos de Europa y Latinoamérica que, hasta el 11 de julio, compartirán espacio con las agrupaciones de Lavapiés. "La fotodenuncia ambiental ha sido tan explotada que ha perdido su fuerza, por eso hay que intentar hacer algo que la gente no espera ver". Así resume Juan Santos, fotógrafo de 42 años, la filosofía del colectivo al que pertenece, NO PHOTO.

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