"No es vanidad, pero he cumplido todos los compromisos que asumí"
Un año, un mes y 18 días después de suceder a Emilio Pérez Touriño como secretario general del PSdeG, Vázquez afronta la primera gran reunión del socialismo gallego.
Pregunta. ¿Estamos ante su confirmación política?
Respuesta. No. La conferencia política es una apuesta del socialismo gallego ante los retos del futuro en una sociedad en la que ya nada será igual. Esa es la clave. En cuanto a mí, lo que supone es la satisfacción de un compromiso hecho. Cuando llegué, en un momento muy difícil, adquirí varios compromisos y aunque suene vanidoso, los cumplí todos. Abordé las estructuras provinciales, que eran tabú, me comprometí a crear la escuela de dirigentes y abrimos una etapa nueva. Y lo queríamos hacer sin compromisos. Es una satisfacción, porque en estos 14 meses tuve el apoyo de los compañeros y del cien por cien de la militancia. No hay líos, no hay diferencias, no hay controversias. Y hacer eso aguantando al Gobierno gallego más sectario y partidista que hubo nunca...
"No veo al BNG en un pacto con este PP ultracatólico y antisocial"
"Nadie se atrevió jamás a irrumpir en un sindicato, es de Estado policial"
"Ni controversia, ni líos, y eso que aguantamos a la Xunta más sectaria"
"No comparto el liderazgo con nadie; otra cosa es la presencia mediática"
P. ¿Cuál ha sido el papel del ministro Francisco Caamaño en esta conferencia?
R. Es un referente en nuestra política y un experto jurista que le da solidez al ideario. La conferencia tiene también actores con mayúsculas: los militantes. 180 personas redactaron el documento marco, hablamos de 52 temas trascendentales, se lo giramos a 304 agrupaciones, a una amplísima parte de la sociedad gallega, y tenemos mil y pico aportaciones que van a enriquecer este documento.
P. ¿Siente una especie de liderazgo compartido con Caamaño y José Blanco?
R. No. Soy el secretario general y me siento absolutamente apoyado por todos, desde los ministros, como Fran, Pepe y Elena [Espinosa], hasta los militantes. En términos de comunicación, cuando habla un ministro es importante, lo mismo que cuando lo hace el alcalde de A Coruña, el de Vigo o el presidente de la Diputación de Lugo. Pero no hay que mezclar la organización con la presencia mediática.
P. El documento marco es prolijo en propuestas programáticas, pero escasean las ideológicas. ¿Por qué?
R. Yo creo que es al revés. Pretende ser un documento conceptual, más que programático. Pretendemos sentar unos axiomas que van a construir los programas, definir qué modelo queremos. Sé que habrá temas que generen debate, pero los socialistas no le tenemos miedo al debate, al revés.
P. Llama la atención que tras unos resultados electorales tan dolorosos como los de las autonómicas, la conferencia política no reflexione sobre sus causas.
R. No es su objetivo, es un documento de futuro. Tuvimos una época de catarsis, durante un año estuvimos reflexionando sobre lo que nos pasó y no nos pasó, pero nuestra sociedad lo que nos pide es lo que tenemos en la cabeza para el futuro. Nosotros asumimos del pasado muchas líneas coincidentes con lo que hacemos ahora, porque esto no es un punto y aparte, es un punto y seguido. Este es un documento para el futuro, y con vocación no de intemporalidad, pero sí de hacer ciclos de docenas de años.
P. Tampoco define el documento la relación política con el BNG. ¿Cómo cree que debe ser?
R. Somos dos partidos nítidamente distintos, pero de izquierdas. No hay que explicar más. Y cuando los ciudadanos hablan y nos dan la alternativa de gobierno, lo lógico es que cedamos en aras de un programa común determinadas partes de nuestros compromisos. Esa es nuestra relación. Sería muy difícil que un partido nacionalista y de izquierdas pactara con un PP como este, en el que prepondera la línea ultracatólica, ultraconservadora y antisocial.
P. ¿Habrá un pacto global con el BNG tras las municipales?
R. Buscaríamos una fórmula para que una visión progresista de país se fuese traduciendo en políticas locales. Pero si en algo somos fuertes los socialistas es en nuestro modelo municipal.
P. En el último congreso se apuntó a la crisis como una de las causas de la derrota de 2009. En 2011, las cosas no parece que vayan a estar mejor.
R. Claro que la crisis preocupa a todas las formaciones políticas, y más a las que gobiernan. Pero queda claro que iconos de la derecha como Merkel proponen despedir a 15.000 funcionarios. Y resulta que los funcionarios españoles no van a la huelga. ¿Cómo se puede analizar eso? A lo mejor es una cuestión de responsabilidad. Cosa que no tiene el PP, que le da igual que el país quede reducido a cenizas.
P. El documento marco reclama comportamientos éticos irreprochables ¿Cómo cree que les afectará la denuncia del PP de la supuesta trama agraria?
R. Cuando alguien detecta una irregularidad, tiene que ir al juzgado. Pero la derecha sólo va al juzgado cuando la llevan. Todo esto es un circo, un juicio mediático, donde PP-partido pregunta, y PP-Gobierno responde. Son fiscales, jueces, acusadores... Cuando irrumpe el caso de Gondomar, donde el dinero era para el PP y para la moción de censura, sale este invento. Sólo una reflexión: en 30 años de democracia, nunca hubo un partido en Galicia que hiciera lo que ha hecho la Xunta de Feijóo, invadir las sedes de un sindicato de manera ilegal para amenazar, coartar e invadir un domicilio privado. Es como si entran en mi casa o en su periódico por una subvención. ¿Pueden entrar mañana en EL PAÍS porque recibió una subvención? "No, venimos aquí a ver si tiene las ayudas a becarios"... ¿Pero qué coño es esto? Están creando un Estado policial. Ellos, que tienen un elemento de vinculación con el narcotráfico y con el nepotismo histórico de Baltar, están echando una cortina de humo con una persecución ideológica pactada entre Gobierno y partido, pensando que la gente ha de creer que cuando el Gobierno busca algo, alguna razón tendrá.
P. En las negociaciones del Estatuto, plantearon la definición de Galicia como nación. Ahora hablan de nacionalidad histórica.
R. Era en el preámbulo. Más allá del preámbulo, tenemos una visión de que somos una nacionalidad histórica formando parte de un Estado. No hay ningún cambio.
P. Luego, ¿si se retoma la negociación del Estatuto, mantendrá la definición de nación?
R. El preámbulo no tiene valor jurídico. Habría que buscar consensos, pero conceptualmente somos una nacionalidad histórica, y es lo que defenderemos.
P. ¿La conferencia política es el pistoletazo de salida de las municipales?
R. De muchas cosas, pero la primera etapa son las municipales. Es cierto que hay una gran indefinición política, pero salvo un auténtico cataclismo electoral, nuestro elemento expansivo en términos municipales es creciente. En las últimas pegamos un subidón espectacular.
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