El timo del inversor de las estrellas llega a 49 millones

El timo perpetrado por Kenneth Starr, el inversor arrestado hace dos semanas en Nueva York por un fraude piramidal, es de proporciones mayores de las sospechadas en un principio. El día en que el fiscal encargado del caso anunció que estaba entre rejas, se habló de unos 25 millones de euros, pero según se supo ayer, este inversor de 66 años, que asesoró al director Martin Scorsese y a los actores Silvester Stallone y Uma Thurman, entre otros, parece que enfangó al menos 49 millones. El jueves un gran jurado federal le acusó oficialmente de 20 cargos por fraude económico, lavado de dinero y fraude como consejero de inversiones. Además la acusación amplía el número de víctimas de seis a 11 personas y aumenta la cantidad defraudada a 49 millones. "Y subiendo", según dijo el fiscal federal Preet Bharara en un comunicado oficial.

Según los documentos que maneja el juez, y a los que ayer se refería la agencia Bloomberg News, Kenneth Starr habría robado 23 millones de las cuentas de sus clientes para meterlas en otras de su propiedad y además habría defraudado al menos 24 millones haciendo inversiones catastróficas sobre las que después les habría mentido a sus clientes.

No todos los nombres de sus víctimas han salido a la luz. Se sabe que una de ellas es la heredera Rachel Bunny Mellon, con cuyo dinero Starr se compró un apartamento de lujo en Manhattan hace apenas un mes. Pero, además de las cinco de las que se habló en un primer momento, se han añadido cuatro más, aunque sus nombres no se han hecho públicos.

Pero entre ellos hay "un productor de cine de unos 60 años", "un guionista de unos 80 años", la ex mujer de un rico inversor y una actriz de unos 80 años.

Según asegura la acusación, Kenneth Starr les robó entre 83.000 euros y 7,5 millones a cada uno. Oficialmente ya se sabe que la responsable de dar la voz de alarma fue la actriz Uma Thurman, quien descubrió el pasado abril que Starr estaba transfiriendo fondos de su propiedad a las cuentas privadas del inversor. Una de esas cuentas está a nombre de Poledance Superstar, un juego de palabras entre el apellido del acusado y la profesión de su esposa, Diane Passage, que hasta el día de su boda se dedicó a bailar semidesnuda en locales de alterne.

Y aunque su marido le ha dado una vida de lujos desmedidos durante los pasados tres años, la congelación de todas sus cuentas corrientes y propiedades por orden judicial podrían obligar a Passage a regresar a la barra americana, sobre todo teniendo en cuenta que su marido, que llegó a manejar 580 millones anuales, ni siquiera tiene dinero para pagarse un abogado privado, que en Estados Unidos suele ser sinónimo de pocas posibilidades de que su causa se resuelva a su favor.