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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | La selección

España toma vuelo

Los de Del Bosque viajaron con dos guardias civiles en el avión y en Johanesburgo les esperaban 25 más para reforzar su seguridad

Rafael Pineda

Debe de ser impactante sentir el aliento de todo un país encima de la nuca. No parece serlo tanto para Xavi, quien junto a Casillas encabezaba con una amplia sonrisa al grupo de internacionales españoles mientras el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, escenificaba el adiós institucional a la selección en Las Rozas. "No os dejéis llevar por la euforia", proclamaba el dirigente mientras cientos de aficionados esperaban en el campo de entrenamiento para contemplar las evoluciones de los jugadores por última vez antes de partir hacia Sudáfrica. Apartado, como siempre, Vicente del Bosque seguía sus evoluciones. "Es un seleccionador audaz", indicaba Lissavetzky.

Cincuenta expedicionarios, entre futbolistas, técnicos y medios desplazados partieron a las 23.30 después de ejercitarse con suavidad. Sin Iniesta, entre algodones por su edema, y con la ilusión por bandera. Les acompañaron en el avión dos guardias civiles y otros 25 les esperaban ya en Johanesburgo para velar por su seguridad como refuerzo del dispositivo sudafricano.

Se acabó el periodo de pruebas. A partir de hoy ya se disparará con munición de pesado calibre. Tras la sesión de trabajo, los jugadores se dirigieron al hotel de concentración en Barajas, al que fueron llegando con cuentagotas a lo largo de la tarde con el objetivo de cenar juntos y tomar el camino del aeropuerto. Ningún detalle se deja para la improvisación. Los técnicos deseaban que los futbolistas llegaran cenados al avión, en el que tendrían una misión fundamental: descansar.

La idea era que bebiesen mucho líquido y durmieran al menos ocho de las 10 horas previstas de desplazamiento hasta tierras africanas. El que lo deseara podría tomar relajantes musculares para conciliar más fácilmente el sueño. También ayudaría el hecho de que viajasen en Bussines Class, por lo que los jugadores gozaron de un amplio espacio para poder reposar.

La llegada a Sudáfrica estaba estimada en torno a las ocho de la mañana de hoy. España es la última selección en hacerlo. En el ánimo de todos está también ser la última en regresar, con la ansiada Copa. En el coqueto enclave de concentración de España, en Potchefstroom, esperaban un buen número de miembros de la delegación, como los cocineros, que ya han preparado el desembarco de jugadores y técnicos.

Preocupa el asunto de la seguridad, pero lo justo. El Ministerio del Interior ha tranquilizado a los componentes de la delegación española al afirmar que las zonas en las que se moverán los jugadores son absolutamente seguras. La expedición, además, contará con varios agentes de la Guardia Civil que han reforzado el dispositivo de seguridad de la selección. "Desde la embajada en Sudáfrica nos han dicho que podemos estar tranquilos", afirmaba el propio Lissavetzky.

Pero para tranquilidad la de Xavi, que ha llenado su maleta de libros y discos compactos de toda clase. "Al final, haré lo que más me gusta, que es ver una gran cantidad de partidos", proclamaba el centrocampista, alma de un grupo con ganas de comerse el mundo. Xavi, como Casillas y Marchena, ya sabe lo que es ser campeón del mundo en África. Fue en Nigeria, en el Mundial sub 20 de 1999. Ahora, impulsados por un país al que han acostumbrado a ganar, quieren serlo con la absoluta para elevar a los altares a la mejor generación de futbolistas de la historia de España.

Javi Martínez, en el avión de la selección española absoluta en Sudáfrica.
Javi Martínez, en el avión de la selección española absoluta en Sudáfrica.ALEJANDRO RUESGA
Mata, Capdevila y Busquets pelean un balón en el último entrenamiento antes de viajar a Sudáfrica.
Mata, Capdevila y Busquets pelean un balón en el último entrenamiento antes de viajar a Sudáfrica.EFE
Vista del Centro de Alto Rendimiento de la Universidad
Vista del Centro de Alto Rendimiento de la Universidad

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