Más vidas que el vaquero
El denim estará por todas partes este verano - El tejido entre los tejidos, visto en cinco claves de la temporada
La tela vaquera será omnipresente este verano. No, no hemos publicado por error un artículo de 1985. Ni de 2008. La noticia no es que el denim vuelva: los jeans llegaron al armario global hace medio siglo y, desde entonces, nunca lo han abandonado. Tampoco que sea tendencia: hace un par de años que reinan en su versión más desgastada. Pero esta temporada, el vaquero, empujado por su presencia recurrente sobre las pasarelas, llega a las tiendas y a la calle en masa.
- ¿Qué? Sería más rápido enumerar qué no. El denim se transforma en pantalones, camisas, americanas y vestidos, pero también complementos: desde bolsos, como los que propone Miu Miu o Louis Vuitton, hasta zapatillas deportivas, como las de Diesel. Pero la prenda vaquera por excelencia durante este verano son los pantalones cortos o shorts. Así lo cree la estilista Bárbara Martello: "Es el nuevo básico, la versión 2010 de la falda vaquera".
- ¿Dónde?
P
ierre Decarnin, diseñador de Balmain, ha rizado el rizo al mezclar el denim con la otra gran tendencia del verano, la militar. El resultado: pitillos tipo segunda piel, teñidos de caqui y rotos. Como recién destrozados en la trinchera. Domenico Dolce y Estefano Gabbana también han convertido al vaquero en protagonista de su colección para D&G, en la que arrastran a una Brigitte Bardot con la camisa siempre a punto de reventar hasta el Lejano Oeste. "Este año, la tendencia no está inspirada en una década concreta. Es un revival que recorre el último medio siglo pero siempre adaptándose al gusto actual", explica el director de marketing de Levi's, Hervé Locatelli. Así, Twenty & Twelve rescata el aire rockabilly de los cincuenta; Mulberry sigue, como el pasado verano, mirando a los ochenta, mientras House of Holland y Jeremy Scott revisan los noventa. Por supuesto, todo esto cala hasta las grandes cadenas textiles.
- ¿Por qué? En la escalada de esta corriente confluyen dos argumentos de peso. Uno: la nostalgia, tanto general como estética, vende. Dos: la crisis ha llegado a la industria textil y no hay nada más comercial, accesible y simbólico que los vaqueros.
- ¿Cómo? Locatelli, de Levi's, advierte de que "se lleva el head to toe, es decir, vestir de vaquero de los pies a la cabeza". Lo suscriben firmas como Chloé, con sus prendas masculinas y amplias, o Ralph Lauren, que rescata, en versión años veinte, una de las aberraciones estéticas de la década de los ochenta: el peto. Para aquellos que piensan que lo mucho empacha, la estilista Bárbara Martello propone utilizar el denim como contrapunto a lo serio. "Con una chaqueta tipo esmoquin, lo mejor es llevar por debajo algo vaquero. Y, al revés, con unos pantalones de vestir de seda o de pinzas funciona muy bien una camisa o un top vaquero".
- ¿Vale la pena? Muchas tendencias hieren las retinas al principio y requieren un tiempo de asimilación. Pero los vaqueros son una prenda universal cuyas diferentes y a veces terribles interpretaciones -nevados, rotos, satinados- ya hemos digerido. Además, la longevidad que confiere el tejido a las prendas hace bueno el dicho "quien guarda, siempre tiene". ¿Se ha deshecho usted de la cazadora vaquera que lucía orgulloso en los noventa? Si es así, sepa que se va a arrepentir. Kate Moss, la mujer que convierte en tendencia todo lo que toca, ya ha desempolvado la suya.
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