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El PP tacha de "machista" la ley del aborto y no garantiza su aplicación

Diputados de la oposición abandonan el pleno del Parlamento en señal de protesta

El PP gallego siguió ayer al pie de la letra los postulados de su dirección estatal y se opuso frontalmente a la ley del aborto durante el pleno de la Cámara, que debatía una propuesta del BNG para pedir a la Xunta que garantice que la norma se aplique efectivamente en cuando entre en vigor el mes que viene. El diputado del PP Rosendo Fernández llegó a declarar que el texto no tuvo una aprobación mayoritaria -pese a que logró la mayoría absoluta en Congreso y Senado- y que es machista, momento en que varios diputados de la oposición abandonaron el hemiciclo.

La moción proponía pedir una evaluación del estado de los servicios de atención a las mujeres y preparar a los profesionales sanitarios para la entrada en vigor de la ley, pero el debate acabó reproduciendo a escala gallega las discusiones que trufaron hace unos meses la tramitación del texto en el Parlamento estatal. La nacionalista Ana Pontón intervino en primer lugar y cargó contra la "actitud de boicot capitaneada por la conselleira de Sanidade, [Pilar Farjas]" en contra de la ley. "El debate real no es aborto sí o no. Ustedes cuestionan que las mujeres decidan", dijo del PP, al que acusó de cinismo e hipocresía política y de querer desmantelar los centros Quérote de asesoramiento a jóvenes en cuestiones sexuales. "El único periodo en que los abortos bajaron en Galicia fue durante el bipartito", defendió.

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En la misma línea se expresó la socialista Silvia Fraga, que tachó a los diputados del PP de ser "los representantes de la España más casposa". "Practican ustedes las virtudes públicas y los vicios privados", adujo, y acusó al partido del Gobierno de seguir al dedillo los dogmas católicos. "Si la Iglesia Católica quisiese gobernar Galicia, tendría que presentarse a las elecciones", ironizó, para terminar tildando a los populares de "ultracatólicos, ultraconservadores, regresivos y reaccionarios".

Tras Fraga, Fernández -que optará a la alcaldía de Ourense en las elecciones de 2011- ocupó la tribuna y empezó una alocución que no tardó en enardecer a la oposición. "La ley no está en vigor, está recurrida [ante el Tribunal Constitucional, por el propio PP] y no hubo ni hay acuerdo social y político sobre ella", arrancó, e insistió: "No es mayoritaria la aprobación, no sólo el PP votó en contra". A continuación criticó otro aspecto de la norma, que consideró poco ambicioso: despedir a mujeres embarazadas por su condición es ilegal, pero para Fernández la norma debería haber elevado el ilícito a la categoría de delito.

El parlamentario del PP sostuvo, además, que no existen políticas para prevenir el aborto, "como las hay para prevenir los accidentes de circulación y [financiar] las campañas antitabaco". Los reproches desde los bancos de PSdeG y BNG se hicieron a partir de ahí más sonoros hasta culminar con la espantada de varios de sus ocupantes -todos los del BNG, a excepción de Pontón, y las socialistas Carmen Acuña y Carmen Cajide- después de que Fernández asegurase en una críptica frase que la ley es machista. "Con la excusa de que se trata de una ley de mujeres para mujeres es a todas luces una ley machista", adujo el diputado, que aventuró: "A costa de la mujer se hace responsable al hombre de las consecuencias de sus actos sexuales".

Ya con media oposición en los pasillos, Fernández prosiguió con su arenga. La ley "no concede valor a la vida en gestación" y su aprobación no responde a una demanda social, fractura la sociedad y "banaliza el sentido de la vida humana", dijo.

En su turno de réplica, Pontón llamó a Fernández y sus compañeros "provocadores de tres al cuarto" y señaló que con su oposición a la moción, el PP "se declara en rebeldía contra la ley". El PSdeG condenó más tarde las palabras de Fernández, a través de un comunicado en el que pide al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que repruebe las declaraciones del parlamentario.

La moción debatida ayer la anunció el BNG a finales de abril, en una sesión en la que la conselleira de Sanidade aseguró que su departamento tenía "la responsabilidad de garantizar el cumplimiento de la legalidad". Las actuaciones de la Xunta en la materia han ido, sin embargo, en sentido opuesto a la filosofía de la ley del aborto, con referencias explícitas al "derecho a la vida en formación" tanto en el proyecto de ley de familia como en la de apoyo a las mujeres embarazadas, activados ambos durante las últimas semanas.

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