Los Celtics, vivos y coleando

La final de la NBA se cuece ya en Boston, donde se disputa el tercer partido la próxima madrugada en pie de igualdad: 1-1, tras la primera derrota de los Lakers en casa en los playoffs después de 12 triunfos consecutivos (94-103). Los aficionados de los Lakers se quedaron con la miel en los labios. Su equipo estuvo a punto de remontar 14 puntos en un partido que se le puso muy cuesta arriba desde el principio. Pero los Celtics aguantaron el tipo y, gracias a un parcial final de 4-16 tras ir perdiendo por 90-87 a falta de cinco minutos, se salieron con la suya y dejaron Los Ángeles vivitos y coleando.

El segundo partido tuvo dos nombres propios, los de Ray Allen y Rajon Rondo. Ambos formaron el hilo conductor que alimentó la mejor versión de los Celtics. El partido pareció una montaña rusa. Tan deslumbrantes resultaron los alardes de Allen y Rondo como decepcionantes las evoluciones de Pierce y Garnett por los Celtics; tan demoledores se mostraron Gasol y Bynum como ineficaces Artest, Odom y Fisher por los Lakers. Para el estudio queda el caso de Kobe Bryant: solo dos puntos en el primer cuarto, 21 al final, pero con una floja serie en sus lanzamientos: 8 de 21. Lastrado muy pronto por las faltas, tres de ellas en ataque.

Pau Gasol le ganó de nuevo la partida a Garnett, pero eso no fue suficiente

"Nos han superado en aspectos fundamentales, como en el rebote y las asistencias", constató Gasol. Las cifras: 6 rebotes y 10 asistencias menos sumaron los Lakers. A eso hay que añadir su nefasta serie en los triples, 5 de 22, frente al sensacional 11 de 16 de los Celtics. Más allá de eso, los verdes acertaron a defender con la solvencia que no exhibieron en el primer partido. Gasol y Bynum dominaron en el interior de la pintura, pero los pívots de los Celtics, a costa de cargarse de faltas, minimizaron los daños. Los Lakers lanzaron 41 tiros libres, 15 más que los Celtics, pero fallaron diez.

Gasol le ganó de nuevo la partida ampliamente a Garnett. La comparación es elocuente: 25 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 6 tapones para el número 16 de los Lakers frente a 6 puntos, 4 rebotes y 6 asistencias para el número 5 de los Celtics. Pero ni su hoja de servicios ni la de Bynum, con 21 puntos y 6 rebotes, fueron suficientes. Nadie podía con Ray Allen. Y nadie tampoco pudo erosionar la brillante hiperactividad de Rajon Rondo, capaz de hacer de todo: 19 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias y 2 robos de balón.

En la reanudación, los Lakers embistieron con un parcial de 9-2 y, con una canasta de Gasol, se adelantaron por primera vez: 57-56. Obligado por las faltas de Odom, Phil Jackson no dio descanso a Gasol hasta el último cuarto. Cuando lo devolvió a la cancha quedaban seis minutos. En ellos el español solo aportó un punto más a su cuenta. Doc Rivers también le dio un respiro a Rondo. Su sustituto, Nate Robinson aportó siete puntos en seis minutos.

El récord de Allen

Nadie echó el lazo a Ray Allen, que acabó con 32 puntos. Se levantó siete veces desde más allá de la línea de 7,24 metros, y encestó las siete, todas en la primera parte. Así superó uno de los récords de Michael Jordan, seis triples en media parte de un partido de las finales. Tras el descanso, Allen sumó uno más y concluyó su serie con 8 triples en 11 intentos, con lo que supera también el récord de siete que él mismo compartía desde la final de 2008, también contra los Lakers, con dos antiguos especialistas: Scottie Pippen, que logró los siete en las finales de 1997, y Kenny Smith, en 1995. Allen, un obseso del tiro que suele practicar tres horas antes de cada partido, tuvo premio a su perfeccionismo. "Cree en sí mismo y nosotros en él", dice Doc Rivers.