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Columna
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Irrita Barberá

Rita Barberá sabe que si Camps no agota su mandato va a tener que ser la reina regente del PP valenciano, a la espera de que Esteban González Pons sea el candidato en mayo de 2011. A la Doña el papelón le produce mucha incomodidad. Sobre todo en la medida en que sus cuidados a Camps la emparentan con los tejemanejes de Gürtel. La semana pasada, Benimaclet recuperó su condición de califato independiente y abucheó a la alcaldesa en su visita al barrio. La edil perdió de nuevo la compostura y llegó a amenazar con la cárcel a un joven que la increpaba a propósito de las trapisondas de El Bigotes. El vídeo de Libertad Digital, gracias Federico, lo pasó Wyoming por la Sexta y puede contemplarse en la red: http://www.youtube.com/watch?v=Y81xlxnWCIw. Además la asociación de vecinos de Benimaclet criticó el pasado miércoles, que después de casi 20 años en la alcaldía, Barberá se escude en enemigos exteriores (ZP) para justificar sus incumplimientos en el barrio: hace una década que reclaman la casa de la cultura; el centro de día para mayores de la Purísima está por abrir; el PAI de Benimaclet Este lleva 16 años de retraso y los terrenos se han convertido en un muladar; y mientras el Sporting Club de Benimaclet entrena en un patatal, la alcaldesa se ha gastado el dinero del Plan E en construir "un pabellón para la práctica de esgrima, uno de los deportes más practicados en el barrio", como ironiza el portavoz de los vecinos, Francisco Guardeño.

Mientras tanto, los vecinos de Malilla salían el jueves a la calle con reclamaciones similares: un centro de salud; más plazas escolares; un centro deportivo; la mejora de los accesos al barrio y la ampliación de centro de jubilados. También en Nazaret ha habido estos días movilizaciones vecinales.

En Russafa las últimas protestas han coincidido con la celebración de la semana cultural y han estado protagonizadas por las Madres de Russafa, un combativo grupo de mujeres que vienen manifestándose los primeros viernes de mes junto al llamado muro de la vergüenza escolar, levantado junto al solar de la calle de Puerto Rico en el que debería haberse construido un colegio público que paliase la falta de plazas escolares en uno de los barrios que más y mejor está creciendo en la ciudad.

Todas estas protestas han coincidido en una semana en la que Derribos Barberá, dolida por los reveses judiciales contra un Camps cada día más extraviado, ha estado bramando contra Zapatero, al que ha culpado de todo. Sin embargo, en esta ocasión la oposición ha sabido salir al paso de sus excesos verbales y, con números en la mano Carmen Alborch, ha explicado que en los últimos tres años el Gobierno de Zapatero ha invertido más en la ciudad que Camps y Barberá juntos: el 65,9% del total aportado por las administraciones públicas.

Así las cosas, barrio a barrio, es cuestión de días que los chavales de El Cabanyal o de Benimaclet le dediquen un rap: Rita Barberá, la mamá de Camps, irrita cantidad...

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