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Columna
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El vicepresidente

Con toda probabilidad, Vicent Aparici no ha leído en los medios de comunicación, o ha leído a la ligera, las informaciones referentes a la dimisión del presidente de la República Federal Alemana. Una dimisión ética y estética de quien cree que ha realizado unas declaraciones de dudosa oportunidad política que aludían a la relación entre las operaciones militares en el exterior de Europa y los intereses económicos europeos. Vicent Aparici fue munícipe principal en su pueblo y ahora detenta una de las vicepresidencias de la provincianísima Diputación de Castellón, donde se encarga con algo más que desaliño del tema de las basuras y los vertederos. En las filas del ultraconservadurismo castellonense fue antaño Aparici un tibio fabrista y hoy un bastión de Carlos Fabra, porque no es lindo morder la mano de quien nos ofrece el pan, o un cargo harto bien remunerado en tiempos de crisis, y en una anacrónica institución decimonónica. Y dice Vicent Aparici que "no se puede injuriar, calumniar y faltar al respeto al líder provincial, en tanto en cuanto es un ciudadano contra el que no se ha emitido ninguna sentencia condenatoria". Que así sea. Aunque es algo más que probable que Aparici no vea algo más allá de la Font de Sant Josep o algo más acá del río Belcaire en la Vall d'Uixó, de donde fue alcalde. Porque si la vista le alcanzase comprendería que las responsabilidades penales son un tema y asumir la responsabilidad política de los desaguisados otra cuestión muy diferente y necesaria, que desconocen o ignoran desde hace algunos lustros en el organismo del que es vicepresidente. Luego, y en la misma línea, les recuerda Vicent el caso GAL a los socialdemócratas en la oposición que solicitan la dimisión del líder de Aparici, debido a las relevantes irregularidades fiscales en las que está envuelto. Y también se olvida el vicepresidente encargado de las basuras de que también hace lustros que el caso GAL está sentenciado y algunos responsables pasaron por la trena, y de que la socialdemocracia pagó su peaje electoral por aquellos casos de corrupción.

Pero argumentos y razones carecen de importancia entre los políticos de corta vista. Aparici, además, no está solo. Ahí tienen ustedes vecinos al presidente provincial del PP y de la Diputación de Alicante, quien afirma refiriéndose a su homólogo de Castellón que en su partido se tomarán medidas cuando haya sentencias judiciales sobre el caso Fabra. Otra breva del mismo capazo que confunde las responsabilidades políticas con las resoluciones de los juzgados. Otro que no ha leído las razones de la dimisión del presidente germano. Aunque por lo menos no injuria, calumnia o le falta al respeto al adversario político. Porque para injuriar e insultar con un delicado lirismo ya tienen en su partido a otro Vicente, el parlamentario por Valencia en el Congreso de los Diputados Vicente Ferrer, quien apuntando a Zapatero dice que "si el timonel está borracho hay que cambiarlo", puesto que se ha comportado como un "estúpido nuevo rico". Evocadora metáfora y sugerentes adjetivos.

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