Nóvoa cree una represalia su ostracismo en el PP ourensano

La decisión del presidente del PP de Ourense de prescindir de Enrique Nóvoa -el más valorado de la oferta que el PP propuso en una encuesta- y sustituirlo por el secretario provincial y hombre de Baltar, Rosendo Luis Fernández, le ha costado el primer contratiempo y la evidencia de la crisis interna que afronta este partido. Nóvoa reconoció ayer, en una entrevista en la cadena Cope, sentirse muy decepcionado por no repetir como candidato a la alcaldía de la ciudad, objetivo que siempre reiteró como principal en su carrera política.

El ex alcalde de Ourense -sustituyó a Manuel Cabezas tres meses hasta que las urnas propiciaron la formación de un bipartito- sostiene que la decisión de Baltar Blanco de dejarlo fuera obedece al precio que el presidente provincial le cobra por haber apoyado la lista de Jiménez Morán al congreso de la sucesión. Nóvoa, a quien Baltar Blanco tildó de traidor cuando constató que no tenía su apoyo en la batalla interna, se considera damnificado por este hecho. "Fui el candidato del PP a la alcaldía de Ourense hasta el 30 de enero", día del congreso provincial, señaló. "Un grupo de personas fuimos un poco rebeldes y queríamos que cambiaran las cosas", reconoció el candidato defenestrado, quien se puso a disposición de su sustituto porque "lo mejor que puede ocurrir" es que Ourense "no sea gobernada por un bipartito", sentenció.