La Bolsa tiende al equilibrio

La Bolsa española ha cerrado esta semana con un avance del 0,19% en su principal índice, el Ibex 35. Ese dato podría considerarse como una muestra de estabilidad en medio de la confusión, pero en realidad no es más que una especie de casualidad tras una agitada semana de caídas y recuperaciones.

El sector financiero ha vuelto a ser el protagonista involuntario de la mayor parte de las decisiones que han tomado los inversores, primero por la intervención de CajaSur y, después, por la proposición de la UE de un impuesto a los bancos para crear un fondo con el que asegurar en el futuro la "caída ordenada" de entidades con problemas. Por si esto fuera poco, el Banco de España decidió elevar las provisiones que bancos y cajas de ahorros deben hacer para los inmuebles que permanezcan en sus carteras más de dos años. En sólo dos sesiones, el Ibex 35 llegó a perder el 6,33% cuando marcó un nuevo mínimo anual en 8.812,10 puntos, aunque ya en esa misma sesión del martes consiguió cerrar por encima de los 9.000 puntos.

La recuperación posterior no fue fácil, aunque ayudó bastante el que China anunciara que no procedería a vender deuda europea, algo que animó a los inversores al contar con un problema menos al que hacer frente.

Los inversores se han pasado la semana tratando de entender por qué esas decisiones que penalizan al sector bancario llegan de dos en dos y en tan mal momento, al tiempo que, ya dentro de España, tampoco entendían por qué no hubo algún tipo de consenso entre los partidos políticos a la hora de aprobar el ineludible plan de ajuste para recortar el gasto.

Lejos del confuso acontecer diario, los analistas tratan de situar los bandazos de los mercados en un contexto lógico, algo que parece una misión imposible. La recuperación de la economía de Estados Unidos aparece como uno de los pocos elementos estables a la hora de analizar el comportamiento de los mercados de valores. Sin embargo, también allí hay temores sobre la regulación y control de los mercados que está ya más cerca. Los grandes inversores podrían tomar decisiones que afectarían al volumen de los mercados, sobre todo si, como parece, los productos derivados son sometidos a un severo control. Aun así, la Bolsa de Nueva York pareció rebotar en torno al nivel de los 10.000 puntos del índice Dow Jones de valores industriales, aunque sin demasiado entusiasmo.

Si algo ha quedado claro en estos días, es la facilidad con que los inversores deshacen posiciones ante cualquier problema y parece que la actual coyuntura los genera con fluidez. En estas condiciones resulta complicado establecer una línea de soporte suficientemente estable. La mayoría de los analistas desconfía de esa inestabilidad que ha abundado en esta última semana, aunque esperan que los datos de crecimiento económico suavicen las cosas. -