Stoner, en el agujero
Aún no había terminado el Gran Premio de Francia y Casey Stoner ya se había quitado el casco, el mono, y las botas; se había subido a su scooter, acompañado de su esposa, Adriana, y abandonaba el taller de Ducati. No había sido un buen día para él. Otra vez. Está metido en un agujero profundo y oscuro. Y mira desde demasiada distancia a sus principales rivales, Lorenzo y Rossi. Las dos Yamaha están ahí arriba, sus pilotos están trabajando muy duro, y las Honda y las Ducati están allá abajo, hundidas en el barro. Eso, obviamente, genera una tremenda presión sobre el australiano, que ve, carrera a carrera, que el campeonato del mundo está en manos solo de dos pilotos, los dos pilotos de Yamaha. ¡Y ésta es solo la tercera prueba! La caída de ayer de Stoner puede responder a esa presión, porque es un campeón del mundo y después de dos abandonos y un quinto puesto, sabe que no está donde le corresponde.
El australiano pilota de una manera muy agresiva y con esta Ducati no se puede correr así
Pero puede haber más motivos. Por ejemplo, uno de ellos puede ser el cambio del motor en Ducati, que ha cambiado la especificación del mismo, de un screamer a un big bang. La Ducati ofrece ahora una entrega de potencia mucho más suave, que favorece la conducción de Hayden -cuya progresión respecto al año pasado es espectacular, con tres cuartos puestos en tres carreras-. Pero, a juzgar por los resultados, está perjudicando a Stoner, el piloto que logró situar a la marca entre las mejores, donde nunca había estado antes. Esta moto es mucho más fácil de entender, es más fácil correr con ella, pero me temo que también ha perdido su característica potencia y su gran velocidad punta. Stoner pilota de manera muy agresiva y con esta moto ya no se puede correr así. En Ducati estudian volver a darle al australiano su motor anterior para que no tenga que forzar tanto la máquina y vuelva a terminar en el suelo. Claro que corre muchos riesgos. No habría manera, antes de llegar a Mugello, de probar si el cambio de motor funciona. Si no da los resultados esperados, la marca italiana perdería uno de los seis motores de los que dispone este 2010.
Además, me preocupa el elevado número de caídas que estamos viendo en MotoGP y creo que los neumáticos Bridgestone son los responsables. Los tres pilotos que se cayeron en Le Mans, con problemas en la parte delantera, Stoner -curiosamente uno de los pilotos que más presión ejerce sobre la rueda delantera-, Capirossi y Spies, no supieron explicar el motivo de su caída; no notaron absolutamente nada. Las ruedas con un compuesto demasiado duro, que se abre a un amplio abanico de temperaturas, como las que hay este año, transmiten poca información a los pilotos, que no perciben bien las sensaciones que ésta debería ofrecerles.
Ahora bien, tengo claro que, salvo que los de arriba cometan errores de peso, y eso no ocurrirá, Stoner -a quien se sitúa como la primera opción de Honda de cara a la próxima temporada- ya está fuera del Mundial. Ganará más carreras, pero la consistencia de las Yamaha me sigue pareciendo incontestable. Tanto como el carácter de Lorenzo. Siempre sonríe. Parece que nada consiga inmutarle ni preocuparle. Tanto como el dominio de los españoles en el octavo de litro. Y en el Mundial en general. Ayer, con las victorias de Espargaró y Elías en Moto2, volvieron a firmar un triplete, el segundo del año.
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