Malkovich y la fugacidad teatral

A John Malkovich lo que más le apasiona del teatro es que es efímero, algo fugaz, algo de lo que no queda constancia en ningún soporte tecnológico, en definitiva, algo irrepetible. No en vano, el actor recordó ayer que hasta que cumplió los 29 años su carrera se ceñía casi exclusivamente a los escenarios y que desde entonces procura participar o dirigir "una o dos obras al año".

"Soy más libre en el teatro. En el cine se hacen muchas cosas, pero ser libre no es precisamente una de ellas", apuntó ayer Malkovich, quien, no obstante, dijo sentirse cómodo en ambos medios. "Es difícil comparar ambas cosas. Para mí son dos mundos diferentes. Hacer cine es como tocar una sinfonía nota a nota. Me gustan muchísimo los dos, pero son medios muy diferentes", explicó el actor, cuyo currículo en cine lo labran 70 cintas como actor, director o productor y cuyo próximo trabajo cinematográfico será Transformers 3.

"Hacer cine es como tocar una sinfonía nota a nota", afirma el intérprete

La música de Vivaldi, Beethoven y Mozart forma parte del concierto

Que cada función sea única es algo que el actor nacido en Illinois (EE UU) en 1953 asegura disfrutar. Por eso lleva ya más de dos años recorriendo el mundo con The infernal comedy, una obra lírica sobre el asesino en serie austriaco Jack Unterweger, que fue condenado a muerte en los años noventa acusado de la muerte de, al menos, 11 prostitutas en ciudades europeas y norteamericanas y que acabó suicidándose en 1994. Condenado a cadena perpetua en 1974 por asesinar a una joven, Unterweger empezó a escribir en la cárcel. Sus obras hicieron de él un mito.

Acostumbrado a meterse en la piel de distintos villanos en el cine, Malkovich da vida a Unterweger en este concierto lírico teatral organizado en Málaga por la Fundación Cajamar y en el que comparte escenario con una orquesta barroca y dos sopranos, Bernarda Bobro y Marie Arnet, quienes interpretan obras de grandes compositores como Vivaldi, Beethoven, Haydn, Mozart, Weber o Gluck bajo la dirección musical de Martin Haselbock.

Malkovich defendió ayer, en la conferencia de prensa que ofreció antes de la representación en el teatro Cervantes, este concepto de obra teatral, donde "la música y la interpretación forman un conjunto perfecto". Según el actor, The infernal comedy ha sido muy bien acogida tanto en Estados Unidos como en Europa, si bien resaltó que la reacción del público "ha sido diferente en ciudades donde el público entiende bien el inglés y puede seguir la narración sin necesidad de traducción".

Sobre la dificultad de encarnar a un asesino en serie, Malkovich incidió en que lo que verdaderamente importa es cómo representar bien a un personaje. "Mi trabajo no es empatizar con el personaje, sino interpretarlo bien. No he de entender los motivos que le llevaron a hacer eso", dijo el actor, quien, no obstante, resaltó la curiosidad que este tipo de personajes provocan entre la gente. "Supongo que la atracción que la gente siente por los asesinos en serie reside en que no han sido una de sus víctimas. Esa sensación de alivio, de haber escapado a sus garras...", comentó el actor.