Tabakalera rehace sus planes para rebajar drásticamente su coste
Las instituciones se dan hasta finales de año para recortar el proyecto
Representantes de las tres instituciones que participan en el centro cultural donostiarra Tabakalera (Gobierno vasco, Diputación de Guipúzcoa y Ayuntamiento de San Sebastián) comparecieron ayer en público para dar una imagen de unidad ante su cuestionado futuro. El veredicto fue que antes de fin de año el proyecto será "redimensionado" desde el punto de vista arquitectónico y de funcionamiento para lograr una "reducción sustancial" de su presupuesto por la crisis. Las cuentas del centro cultural preveían actualmente un gasto de 70 millones de euros para las obras y otros 15 millones anuales más para la gestión de su equipamiento.
Preguntas como cuál será el alcance de esa reducción o qué ocurrirá con la primera fase de las obras, cuyo inicio está programado para dentro de 11 días, quedaron sin concretar, a la espera de la reunión que mantendrá hoy el Consejo de Administración de Tabakalera, que precisará las decisiones adoptadas.
Muñoz aguarda a la reunión de hoy del Consejo para exponer su opinión
Ante la insistencia de los periodistas, el diputado general y presidente del Consejo de Administración, Markel Olano, consideró "probable" que se mantenga la ejecución de la primera fase de los trabajos, de 20 semanas de duración, que precedería a la remodelación del edificio, todavía sin adjudicar.
Olano actuó como portavoz de las tres instituciones tras la reunión que sus representantes mantuvieron en el edificio de la antigua fábrica, la primera después de las polémicas declaraciones del alcalde, Odón Elorza, quien pidió una moratoria de las obras por su elevado coste.
A la reunión asistieron, además de Elorza y Olano; la consejera de Cultura, Blanca Urgell, y sus homólogos foral, María Jesús Aranburu, y municipal, Denis Itxaso. Tras la cita, que duró casi dos horas y media, todos ellos se reunieron con el director de la antigua fábrica, Joxean Muñoz, quien el jueves cuestionó las formas y los argumentos esgrimidos por el alcalde para solicitar la moratoria del proyecto. Muñoz prefirió ayer no hacer declaraciones al entender que eran las instituciones las que debían pronunciarse. Precisó, eso sí, que expondrá sus opiniones en la reunión de hoy del Consejo de Administración.
Olano, Elorza y Urgell comparecieron ante los medios de comunicación para recalcar que el proyecto "sigue vivo" y que las tres institituciones mantienen su compromiso de participar en las inversiones que se aprueben, pagando un tercio cada una.
El diputado general resaltó que la crisis requiere redimensionar el proyecto, una tarea para la que las instituciones se tomarán hasta finales de año.
Esta reflexión implicará un replanteamiento del proyecto arquitectónico y del plan de gestión, así como la búsqueda de vías de financiación alternativas y de "mayores sinergias".
Olano consideró posible que se retrase el plazo previsto para la inauguración, aunque precisó que es una cuestión que todavía no se ha cerrado.
Sí arrancará de forma inmediata el corazón del proyecto: la constitución de un centro de creación para los contenidos audiovisuales. Ya existe una hoja de ruta para el mismo, cuya primera fase se pondrá en marcha de forma provisional en el centro de arte y cultura contemporánea Arteleku, también en la capital guipuzcoana. Ello va a suponer "ubicar unos determinados recursos humanos" en el citado centro y comenzar a trabajar, según el diputado general.
Urgell destacó la importancia de que la base del proyecto se ponga en marcha y se felicitó de que, por fin, las tres instituciones se hayan sentado a hablar sobre su futuro en un contexto de crisis. "En lo más importante, las tres instituciones estamos totalmente de acuerdo", destacó la consejera.
A falta de más concreciones, los gestores de Tabakalera comunicaron ayer la suspensión de los actos programados para celebrar el inicio de las obras. Entre el próximo sábado y el 29 de mayo estaba previsto que se celebrasen visitas guiadas para dar a conocer el edificio y el proyecto arquitectónico a los ciudadanos, además de otra serie de actividades, como exposiciones, y una fiesta final.
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