La Generalitat alega que la Campus Party interrumpiría las obras del Ágora

La Campus Party no se celebrará en el Ágora como se barajó en un principio por el retraso en su construcción. La Generalitat matizó ayer a través de un comunicado que la construcción del auditorio continúa "según el ritmo de ejecución previsto" y no es aconsejable, según la dirección facultativa de la obra, "cualquier interrupción de las obras" porque perjudicaría su ritmo de ejecución. En la actualidad se llevan a cabo en el pabellón los trabajos previos a la instalación de los circuitos eléctricos y de pavimentación del edificio, explicó la Generalitat. La cita tecnológica tendrá lugar en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y su entorno.

Las alarmas saltaron el pasado martes cuando los responsables de la organización de la Campus Party anunciaron la suspensión durante dos días de la venta de entradas para el evento en Valencia después de que la Ciudad de las Artes y las Ciencias se haya puesto en contacto con la organización para notificar que, por decisión de la dirección facultativa de la obra, "existen dificultades para la utilización del edificio".

Los impulsores del encuentro recalcaron que esta circunstancia no afectará "en ningún caso" a la celebración de la Campus Party, que reúne cada año en Valencia a miles de jóvenes en torno a lo último en tecnología y el mundo digital. El edificio, diseñado por Santiago Calatrava, se inauguró con el trofeo de tenis Open 500 el pasado noviembre sin estar totalmente acabado. El Ágora se presupuestó en 45 millones de euros, pero los modificados y sobrecostes del proyecto elevarán el coste final a casi el doble.

La concejal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Mercedes Caballero, criticó el retraso en las obras que, según la información que dispone, están paradas prácticamente desde noviembre del año pasado, cuando acabó la competición de tenis.

Los socialistas pidieron el año pasado al término del torneo, que patrocina la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, entre otros, la elaboración de un plan de usos "serio y riguroso" para el Ágora que permita rentabilizar los 90 millones de euros invertidos en el edificio. Además, instó a la Administración a terminar las obras lo antes posible.