Un aplauso para Rampal
Un grupo de intérpretes recuerda hoy en Bilbao al flautista francés - Es el primer homenaje en España al músico, muerto en 2000
Cuando en mayo de 2000 falleció el músico francés Jean-Pierre Rampal a los 78 años, los periódicos elogiaron una carrera legendaria que elevó el reconocimiento de la flauta hasta llegar a equipararla como instrumento solista al piano o al violín. Rampal fue un virtuoso que alcanzó el reconocimiento internacional, recuperó partituras olvidadas y volvió a grabar el repertorio clásico. Intérprete de referencia, en sus años de éxito llegó a ser tan popular que actuó como invitado en un capítulo de Los Teleñecos.
Un grupo de flautistas españoles recordará ahora su figura en un homenaje con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, el primero que se celebra en España, que acogerá esta tarde el auditorio del Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga, en Bilbao.
Los Caballeros de Traverso, 13 flautistas profesionales, organizan el acto
Rampal elevó el protagonismo de la flauta solista a la altura del piano o el violín
Los organizadores de la conmemoración son los Caballeros del Traverso. Bajo ese nombre con ecos de orden medieval se reúnen 13 flautistas profesionales -12 más uno, dicen ellos-, todos hombres y mayores de 40 años, para cultivar la amistad, tocar la flauta, y hablar de música. Todos se declaran admiradores de Rampal, un músico que iba para médico, un afable bon vivant aficionado a la cocina japonesa y un intérprete que se hizo millonario sin perder la cercanía con sus colegas.
"Somos misteriosos, pero no herméticos. El concierto está abierto a todo el mundo", apuntan Juan Jesús Silguero, flautista de la Banda Municipal de Bilbao, y Horacio Parravicini, solista de la Sinfónica bilbaína, ambos caballeros del Traverso y participantes en el homenaje. "Nosotros hemos crecido a la vera de Rampal y no podemos permitir que su figura caiga en el olvido en un mundo en el que la música ha perdido su valor", apostillan.
Los obituarios de Rampal hablaban del "hombre de la flauta de oro". No lo era sólo en sentido metafórico. Como muchos flautistas profesionales, el intérprete francés tocaba con instrumentos de suave color dorado, realizados en oro macizo de 14 kilates para garantizar la máxima calidad del sonido.
Una de las flautas de Rampal, una Haynes manufacturada en Boston hace 60 años, sonara en el homenaje. El flautista catalán Claudi Arimany la recibió como legado de su maestro y amigo, después de compartir viajes y conciertos por todo el mundo durante una década. Arymani recuerda que Rampal, cuando acababa satisfecho un concierto, decía: "Hemos tocado el cielo".
Los organizadores del homenaje quieren llegar muy alto: "Es el recuerdo al maestro y al espíritu que, cuando éramos casi unos niños, nos llevó a estudiar flauta".
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