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Reportaje:Empresas & sectores

Telefónica va a por todas en Brasil

La española desafía a PT por el control de Vivo, con la crisis portuguesa de trasfondo

Ramón Muñoz

Como todos los matrimonios de conveniencia, el divorcio estaba cantado casi desde el mismo día de la boda. Telefónica y Portugal Telecom unieron sus fuerzas en Brasil en 2001, con el fin de tomar posiciones en el mercado casi virgen de la telefonía móvil del país amazónico. De esa unión nació Vivo, que ahora es el primer operador del país, con 54 millones de clientes. Una vez que el hijo ha crecido, los dos operadores reclaman su custodia, aunque los trámites del divorcio se antojan largos y difíciles.

La iniciativa ha partido del más fuerte. Telefónica lanzó el pasado día 6 de mayo una oferta por 5.700 millones por el 50% de las acciones que aún no posee de Brasicel, la sociedad instrumental que controla el 60% de Vivo, cuya mitad pertenece a PT.

Lo intentará todo: convencer a los accionistas, a los sindicatos o una OPA
La oferta equivale al 3% del PIB portugués y al 42% de las pensiones

La oferta se conoció esta semana al ser rechazada por unanimidad por el consejo de administración de PT, que considera Vivo un "activo esencial" para su estrategia de crecimiento.

Pero Telefónica, que ya contaba con ese rechazo inicial, no se ha dado por vencida, y está dispuesta a protagonizar una sublevación de los accionistas indecisos o contrarios al consejo para que su oferta llegue a buen puerto. Hay que tener en cuenta que el 65% de los propietarios de PT no son portugueses. Aunque tampoco hay que olvidar que los que dominan el consejo son lusos (Espirito Santo, la pública Caixa Geral y Ongoing) y, en perfecta consonancia con el Gobierno del país, consideran la oferta por Vivo no sólo hostil sino casi una ofensa nacional.

A favor de Telefónica juegan todas las variables financieras. La prima ofrecida es del 145% sobre la cotización media de Vivo del mes previo a la oferta; un 84% más que la valoración que los analistas dan a ese activo; el 40% del valor de PT (incluyendo la deuda de 5.500 millones y un fondo de pensiones de 1.100 millones) y el equivalente al 80% de la capitalización bursátil actual de todo PT (6.926 millones a cierre del viernes).

La práctica totalidad de los analistas, incluyendo los de los accionistas Espirito Santo y Barclays, consideran beneficiosa la propuesta. Morgan Stanley entiende que "no parece que haya mejores opciones para PT" y, pese a la oposición del equipo directivo, le "cuesta ver cómo PT podría llegar a generar una creación de valor semejante de Vivo" con relación a lo que paga Telefónica. Caja Madrid resalta que, de llevarse a cabo, "no empeoraría significativamente" los ratios de endeudamiento de Telefónica y Barclays apunta a un "cambio en el accionariado" como resultado más probable de la operación.

Dando ideas, Telefónica apunta que con lo que paga por el 30% de Vivo, PT saldaría su deuda, dotaría el fondo de pensiones e incluso podría afrontar el ajuste laboral que tiene pendiente y que alcanzaría a uno de cada tres de sus 12.000 empleados. En el lado negativo, PT perdería cualquier posibilidad de expansión, porque ni en Europa (por tamaño) ni en África (por riesgo) se antoja que podría dar salida a ese volumen de fondos. Vivo representa casi la mitad del flujo de caja de PT y del beneficio bruto operativo (Ebitda).

Lo cierto es que el consejo puede frenarla. Estatutariamente, hay limitación de los derechos de voto. Además, la posibilidad de convocar una junta extraordinaria para que se pronuncien los accionistas, como quiere Telefónica, también está en entredicho. Diario Económico, periódico financiero portugués, informaba este viernes citando al presidente de la Junta de Accionistas de PT, Antonio Menezes, que no se convocará ninguna junta si el consejo no lo pide. De hecho, este mismo consejo ya bloqueó la OPA lanzada por el grupo luso Sonae en 2007, que, por cierto, contaba con el apoyo de Telefónica.

Pero la situación ha cambiado mucho en tres años. Portugal vive más que nadie la recesión en sus carnes. Todas las quinielas financieras le apuntan como el próximo país de la eurozona en caer. Y sus bancos no están mucho mejor. Aunque no lo publicite por razones obvias, la oferta de Telefónica no vive ajena a esta situación. Para hacerse una idea de la magnitud de la oferta, esta representa el 3% del PIB de Portugal, el 42% del gasto en pensiones y el 279% de las prestaciones de desempleo del país. Si los mercados siguen apostando contra Portugal, incluso los bancos del núcleo duro del consejo de PT podrían ceder en busca de una inyección de fondos, cuya oportunidad difícilmente se repetirá.

Tal vez por esa debilidad, Telefónica está dispuesta a todo esta vez. A tantear a los fondos de inversión, a los sindicatos y, en último término, incluso a plantear una OPA por PT. La advertencia la lanzaba este jueves Santiago Fernández Valbuena en la presentación a analistas financieros de los resultados del primer trimestre: "Una oferta por Portugal Telecom estaría plagada de incertidumbres y no es lo que nos gustaría hacer, aunque la economía de la operación sugiere que hubiera sido financieramente más viable".

La acción de oro que posee aún el Estado protege a PT de esta opción, pero no tendría tan fácil la defensa como con Sonae. Y es que el Gobierno luso acaba de anunciar un aumento del impuesto de sociedades y del IVA que penalizarán los resultados y los márgenes de la operadora, que además previsiblemente verá reducidos sus ingresos por la reducción general de salarios y el aumento de impuestos. La agresiva política de dividendos, consecuencia de la defensa que adoptó el consejo de PT ante la OPA de Sonae, está en peligro, como apunta en su último informe Barclays Capital.

La debilidad de PT no sólo está en la mente de Telefónica. La agencia de calificación Standard & Poor's situó este viernes en perspectiva negativa los ratings de PT, debido a la incertidumbre que genera el nivel de apalancamiento de la operadora lusa por encima de las previsiones (ratio deuda/Ebitda de 3,3 veces para 2009).

Pase lo que pase con Vivo, lo cierto es que las relaciones entre ambas operadoras no podrán reconducirse fácilmente. "El hecho de que el Consejo de haya rechazado la oferta de forma unánime, sin dar a los accionistas la oportunidad de ser escuchados, es indicativo de las prioridades de PT y debería despertar dudas en relación al gobierno corporativo", ha dicho Fernández Valbuena.

Telefónica y PT se han quitado la careta de socios y están en batalla abierta. La solución: el próximo 6 de junio, cuando vence la oferta presentada por el grupo presidido por César Alierta.

Una mujer habla por teléfono  en la playa de Ipanema, en Río de Janeiro.
Una mujer habla por teléfono en la playa de Ipanema, en Río de Janeiro.BLOOMBERG

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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