Hoyos vuelve a por García Lorca

Una única función hoy en el Teatro de La Maestranza de Sevilla de la pieza Poema del cante jondo, coreografiado por Cristina Hoyos (Sevilla, 1946) en 2009 para el Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), se da fuera del cartel ordinario de la casa y casi por sorpresa. Suena más a espaldarazo político a la delicada situación de su directora, que es duda para seguir al frente de la compañía y maneja imponer a la Junta unas difíciles condiciones de continuidad. La función extraordinaria puede ser vista como de consolación, al no estar contemplada la participación del BFA ni del oportuno título en la próxima edición de la Bienal del Flamenco de Sevilla.

Sin embargo, en estos días se sigue hablando más de las cuitas personales de Hoyos; prácticamente no se puede tocar el tema del BFA sin que se toque el del estado de sus cuentas personales y su economía privada, en concertante coro con la puesta en venta de su polémico Museo del Flamenco, espacio puesto en marcha por una empresa familiar presidida por la propia Hoyos y que ahora está en números rojos.

'Poema del cante jondo' se estrenó en los espectáculos del Generalife

El museo de las polémicas recibió en su momento el respaldo de Juan Carlos Marset (entonces director del Inaem del Ministerio de Cultura), desde donde recibió donaciones materiales y de Teddy Bautista, presidente de la SGAE, organismo en que la bailarina forma parte de su junta directiva.

A día de ayer, Cristina Hoyos no había tenido ningún contacto oficial con Paulino Plata, nuevo consejero de Cultura del ente autonómico (que al parecer viene con una visión renovadora de las unidades de producción artística), y es evidente que la artista quiere ligar el destino de su museo a su permanencia en el BFA.

Cristina Hoyos llegó a la Compañía Andaluza de Danza en 2004, rebautizó la agrupación y barrió literalmente con el trabajo de casi 10 años. El repertorio fue enterrado, lo mismo que la pluralidad del conjunto, una de sus principales características y que se correspondía con el alcance prismático de la danza española y andaluza en particular. Ya en su momento fue muy discutido que Hoyos desembarcara en la institución pública con un nutrido grupo de su compañía privada. Una obsesiva proyección hacia el flamenco vernáculo sobre una visión localista que toca el tipismo, ha hecho triunfar al conjunto en los espectáculos veraniegos del Teatro de los Jardines del Generalife de Granada, dentro del recinto de la Alhambra. Poema del cante jondo fue concebido para ser visto en verano por un público básicamente compuesto por autobuses de turistas que desembarcan en el monumento granadino tanto de día como de noche con la honesta sed de ver un zapateado, unos faralaes y una guitarra. El exitoso experimento tiene precedentes. Ya en 2006 el BFA armó Romancero gitano para el mismo enclave singular, también dirigido escénicamente por José Carlos Plaza (Madrid, 1945). Hoyos sólo aparece esta vez simbólicamente bailando un breve zorongo.

Poema del cante jondo usa de la fórmula al parecer infalible del texto lorquiano, con diseño de vestuario de Pedro Moreno, escenografía y luces de Francisco Leal y dirección musical de Pedro Sierra. La obra discurre en un imaginario Café de Chinitas y pone en liza la relación de ambos monumentos literarios y musicales.