Kalandraka edita un cuento de Rivas sobre las infancias difíciles
La protagonista es una niña abandonada por sus padres
Un luminoso globo terráqueo como símbolo de esperanza o una pequeña televisión reconvertida en fiel mascota bastan para evadirse de la miseria cotidiana y suplir la dura ausencia del calor y amor de una familia. A la pequeña Milu, el entrañable personaje de un cuento infantil sobre la indefensión de los niños, no le hace falta mucho para intentar escapar de una vida difícil, atrapada en una casa la que la dejan sola un padre alcohólico y una madre sumida en la depresión.
"Ver reír a la gente que quieres" es la fórmula mágica más sencilla para alcanzar la felicidad, dice la protagonista de este relato que, a través de la pluma de Manuel Rivas y las ilustraciones de Aitana Carrasco, acaba de editar Kalandraka con motivo del día mundial de la infancia, que se celebra hoy.
Milu se refugia de su dura vida en una pequeña televisión, su fiel mascota
El autor recuerda que historias como la de Caperucita son 'thrillers'
Un libro infantil "solidario", dado que el 10% de las ventas revertirá en la Fundación Meniños, dedicada a la integración social y el bienestar familiar de pequeños con problemas. Rivas renunció además a sus derechos de autor en beneficio de esta entidad sin ánimo de lucro.
La historia de Milu es dura, tanto como la de cualquiera de los clásicos de la literatura infantil, reseña el escritor, que suelen ser, desde Caperucita Roja, Pedro y el lobo pasando por Alicia en el país de las maravillas, unos thrillers con "valor de entrenamiento". Hay muchos niños que como la pequeña de ese relato aprenden a luchar con sus propias armas para preservarse de la dureza de una vida que les viene impuesta. En el caso de Milu, es su extraordinaria imaginación "y su gran capacidad para humanizar" todo tipo de objetos de su entorno, empezando por esa pequeña televisión que le acompaña a todas partes, la que le permite batallar contra la hostilidad y el desamparo.
Pese a que el relato va destinado a lectores desde los seis años, no se oculta nada de la crudeza de ese destino de Milu, aunque tanto Rivas como Carrascos juegan el mundo onírico del personaje para representar, "pero siempre con realismo", los aspectos más duros, como el abandono paternal, la renuncia maternal o el obligado ingreso en un centro de acogida social.
Hay tristeza y soledad en este cuento pero también mucha esperanza e ilusión, y tiene un final feliz para un niña que recobra todo gracias a unos padres adoptivos pero también al posterior reencuentro con sus rehabilitados progenitores biológicos. "Milu es un cuerpo abierto que representa muchas vidas" infantiles, explica Manuel Rivas, "y su historia es como la de un Charlot, camina entre el dramatismo y la esperanza".
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