El Consejo negó el ascenso al magistrado en dos ocasiones
La relación de Baltasar Garzón con el Consejo del Poder Judicial no ha sido demasiado buena en los últimos años. El órgano de gobierno de los jueces ha denegado en dos ocasiones la promoción del magistrado de la Audiencia Nacional a los puestos a los que se ha presentado. A pesar de que su currículum era superior al resto de los candidatos siempre ha contado con un grupo de vocales, generalmente del sector conservador, opuestos a sus aspiraciones.
Garzón estaba entre los magistrados que accedieron a la terna de candidatos a presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en julio de 2004, con el anterior Consejo, dominado por los vocales propuestos por el PP. En principio parecía el mejor colocado frente a Javier Gómez Bermúdez (propuesto por los conservadores) y José Ricardo de Prada (progresista), al haber sido avalado tanto por los vocales de ambos sectores. Al final, el voto del ex presidente Francisco Hernando dio el puesto a Bermúdez, al que Garzón superaba en ese momento en 783 puestos en el escalafón de la carrera judicial.
La minoría progresista, que defendió a Garzón por sus 12 doctorados honoris causa y sus más de 80 premios nacionales e internacionales, relacionaron la negativa de los conservadores a votarle con las críticas que el juez había realizado contra la participación española en la guerra de Irak. El Supremo rechazó posteriormente el nombramiento de Bermúdez en dos ocasiones por falta de motivación por parte del Poder Judicial, pero los vocales propuestos por el PP lo ratificaron en su puesto.
Candidato controvertido
Con la renovación del Consejo,en septiembre de 2008, y la marcha de Carlos Dívar como presidente del órgano, Garzón optó también a la presidencia de la Audiencia Nacional que éste había dejado. Pero la comisión de calificación de ese órgano, lo descabalgó de la carrera al primer asalto, excluyéndolo de la terna de candidatos. Garzón sólo obtuvo un voto, el del vocal progresista José Manuel Gómez Benítez. Los demás argumentaron en su contra que el cargo debía ocuparlo una persona "no controvertida" y "aglutinadora de consenso social". Al final, el elegido fue Ángel Juanes, que descendió desde el Supremo a la Audiencia.
Otro síntoma de la falta de sintonía de Garzón con el Consejo es que nunca le pide amparo, a pesar de que sus casos, a menudo son cuestionados por políticos y medios de comunicación. El juez da por perdida esa batalla, pese a las presiones sufridas en casos como Gürtel y Faisán.
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