Una medalla al servicio ciudadano
La Comunidad de Madrid condecora a los agentes de Pozuelo por su trabajo
Francisco Caletrio tiene 42 años y lleva 21 como policía local. Ha pasado por distintas unidades de la capital, como Centro y Carabanchel, donde ha lidiado con el tráfico de drogas a pequeña escala, el control de agresores de mujeres y los locales nocturnos, entre otras muchas cosas.
Desde hace dos años se encarga de dirigir a los 189 integrantes de la Policía Local de Pozuelo de Alarcón (82.400 habitantes). El cuerpo recibió el pasado 2 de mayo la medalla de la Comunidad de Madrid a petición de los vecinos de esta localidad del oeste madrileño, que creen que la profesionalidad de los agentes les hace merecedores de la distinción.
Caletrio consiguió la plaza de oficial hace poco más de dos años. Eso le permite dirigir unidades dentro de la Policía Municipal, donde aprobó la oposición. Al poco, fue destinado a la unidad de Carabanchel, destino en el que estuvo poco tiempo. Recibió la invitación del Ayuntamiento de Pozuelo para dar un giro radical a la plantilla policial. Y, a juzgar por sus vecinos, lo ha conseguido. "Cuando llegué encontré un cuerpo caracterizado porque muchos policías no sabían hacer algunas especialidades y estaban algo distantes con la ciudadanía. Por eso había que modernizarlo", reconoce.
Vivió un mal momento durante los disturbios de las fiestas patronales
Decidió que la plantilla debía estar más cerca de la población
Y lo consiguió. Lo primero que hizo fue cambiar el uniforme. Dejó de lado el tradicional mono azul y optó por unas prendas similares a la capital, de gran visibilidad. De esa forma, el ciudadano sabría en todo momento a quién acudir en caso de problemas. También apostó por la proximidad. Los agentes no tenían que estar en los coches y mucho menos en las oficinas. Para ello, fijó que la plantilla se acercara a los ciudadanos de tal forma que estos pudieran cambiar poco a poco la percepción que tenían de sus agentes. "Optamos por una policía integral, en la que todos los agentes supieran hacer de todo en caso de que lo necesitaran. Eso sí, también tenemos especialidades como Policía Judicial, Medio Ambiente, Menores y Violencia de Género", afirma el oficial jefe.
Para ello contó con una ventaja: la juventud de la plantilla. La media de edad es de 32 años, lo que permite que los funcionarios se embarquen en todo tipo de propuestas de sus mandos. "Necesitan un rodaje y bastante formación, pero hoy en día saben cómo atajar un problema de tráfico igual que hacen frente a un caso de violencia de género", destaca Caletrio. "Trabajamos codo con codo con la Policía Nacional. Hacemos muchos controles conjuntos y estamos en permanente comunicación", añade.
Las cifras de efectivos también apabullan si se comparan con otras localidades. En cada turno salen 10 coches patrulla, lo que permite que todo el municipio esté controlado. "El problema de Pozuelo es que tiene mucha superficie. Además, su modelo urbanístico optó por viviendas de poca altura, por lo que hay muchas urbanizaciones y chalés", explica el mando. La policía se centra sobre todo en tres áreas, sin olvidar las restantes: la avenida de Europa, el casco urbano y la estación.
Ese despliegue permitió la detención de dos ladrones que acababan de atracar en una perfumería hace unas semanas. Los comerciantes llamaron a la policía y como había dos agentes por la zona, detuvieron casi in fraganti a los asaltantes.
Los vecinos han respondido ahora a estos dos años de cambio. En la carta que mandaron a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, para que le concediera la medalla de la Comunidad de Madrid, destacaron cuatro puntos: el tiempo de respuesta a las llamadas de los ciudadanos, que no supera los tres minutos; "el correctísimo trato" de los policías hacia los ciudadanos; la enorme colaboración con la vigilancia privada de las urbanizaciones y "la muy eficiente coordinación" con el Cuerpo Nacional de Policía. "Es fundamental la uniformidad, el comportamiento y la atención que se da al ciudadano, que es para quien trabajamos. Es preferible solucionar un problema que poner una denuncia. Este debe ser el último recurso", resume el oficial.
La entrada a la sede policial ya supone un cambio. El moderno edificio, con gimnasio y zona de formación, se caracteriza por su orden y el silencio. Dispone de una de las mejores galerías de tiro de toda España. Se nota el poder adquisitivo de un Ayuntamiento con muchos recursos.
Uno de los peores momentos de Caletrio fue sin duda el día en que se produjeron los graves disturbios en las fiestas patronales de la localidad, el pasado 6 de septiembre, cuando resultaron lesionados 11 policías y un grupo de exaltados intentó asaltar la comisaría. Hubo 20 detenidos, seis de ellos menores de edad. "Desde el punto de vista profesional, se hizo un gran servicio. Menos mal que no entraron en la comisaría de Policía Nacional. Lo que no se podía hacer es controlar a miles de personas. En cuanto se produjo un pequeño incidente, hubo muchos que se sumaron por un efecto de simpatía", se lamenta Caletrio.
Pese a esta revolución en el cuerpo, y la citada medalla, Caletrio no tiene la plaza en posesión. Está en una figura administrativa que se llama prestación de servicios. Su plaza sigue estando en Madrid y no sabe si dentro de un año volverá a Carabanchel. "Vine para tres años y lo que pase después dependerá de la voluntad de los políticos. Ahora solamente me dedico a mi trabajo, que es servir a Pozuelo y a sus vecinos", afirma con sencillez.
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