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Necrológica:

Peter O'Donnell, creador de la espía Modesty Blaise

Padre de un icono de los sesenta admirado por Tarantino

Tenía la elegancia de Audrey Hepburn, el sex-appeal de Eva Mendes y la destreza con los puños de Bruce Lee. Se llamaba Modesty Blaise y era la ex capo de una red criminal internacional reconvertida en espía al servicio de la corona británica. Junto a su inseparable escudero cockney Willie Garvin (como máximo un amor platónico, aunque sólo él podía llamarla "princesa"), daban caza a excéntricos supervillanos en los lugares más recónditos del planeta. Y si quizá se sentía acorralada en su apartamento o en la habitación del hotel, como solía pasar, echaba mano de su técnica infalible: en cuanto los malos abrían la puerta, se quedaba desnuda. Esos segundos de comprensible desorientación los aprovechaba para dejarlos KO.

Su personaje apareció en 10.000 tiras de periódicos durante 40 años

Nacida en las viñetas del diario londinense Evening Standard, en 1963, Modesty Blaise alcanzó pronto la categoría de icono pop. Sofisticada, imbuida del espíritu renovador del swinging London y embutida en su ajustado mono negro, Modesty gustaba a todos. Los hombres quedaban atrapados por su aguerrida belleza y las jóvenes veían en ella un modelo de independencia y desenvoltura sexual. Sus aventuras llenaron 10.000 tiras publicadas a lo largo de 40 años y fueron distribuidas en 40 países.

La llamada "suma sacerdotisa del pulp" continuó sus andanzas en una decena de novelas y cosechó una legión de admiradores en todo el mundo. (Incluso se realizaron adaptaciones televisivas y cinematográficas, aunque bastante irregulares). El novelista Kingsley Amis comparó la calidad de sus aventuras con las de Holmes y Watson. El cineasta Quentin Tarantino le rindió homenaje en Pulp fiction, donde John Travolta leía una novela de Modesty Blaise. El director de Malditos bastardos aún ambiciona la idea de rodar la versión definitiva de la superespía.

Modesty Blaise es también el personaje por el que será recordado su creador, el guionista y escritor inglés Peter O'Donnell, fallecido el pasado 3 de mayo a los 90 años. Hijo de un reportero de sucesos, O'Donnell nació en Lewisham, al sur de Londres, en 1920 y con 17 años empezó a escribir cómics infantiles. Pero el estallido de la II Guerra Mundial interrumpió su vocación. Fue llamado a filas y destinado a Persia, actual Irán, donde trabajó como operador de radio, atento a los movimientos de las tropas del Tercer Reich en Oriente Próximo.

Entonces no podía saberlo, pero aquel destino resultaría clave para la creación de Blaise. Al joven y educado oficial, le llamó la atención una niña de un campo de refugiados procedentes de los Balcanes. "Una pequeña figura erguida que caminaba como una princesa", escribiría muchos años después para la revista literaria Crime Time. Ella le inspiraría el carácter de su Blaise, "una mujer que, aunque completamente femenina, sería tan buena en el combate y la acción como cualquier hombre, si no mejor", rememoró O'Donnell.

Durante la guerra recorrió Siria, el Sáhara y Grecia, pero la imagen de aquella niña quedó grabada en su memoria. "Mi personaje tendría que tener una infancia de lucha constante, durante la que habría sido puesta a prueba al máximo en el peligro, la soledad, el miedo y todo tipo de penalidades, una niña con una voluntad de supervivencia diamantina", escribió. "Por supuesto, había visto a aquella niña 20 años antes, y sabía que era el perfecto prototipo para el personaje que al final llamaría Modesty Blaise".

De vuelta en Inglaterra retomó la escritura de historietas y trabajó de freelance desde su despacho de Fleet Street, en Londres, para varios periódicos con personajes como el forzudo Garth, el detective privado y conquistador Romeo Brown y el marino Tug Transom. Incluso firmó una versión en cómic de la novela de Ian Fleming Doctor NO, protagonizada por James Bond.

Nada pudo compararse, sin embargo, a la popularidad de Modesty Blaise, ilustrada por Jim Holdaway y tras su muerte, en 1970, por el español Enrique Badía Romero, que dibujó la mayoría de las tiras del personaje hasta la cancelación de la serie en 2001. Receloso de las posibles recreaciones del personaje y probablemente desengañado por el resultado de las versiones fílmicas, el propio O'Donnell pidió a los aspirantes a escribir secuelas que abandonaran la idea de continuar las aventuras de la señorita Blaise. O'Donnell, que deja mujer y dos hijas, quizá quiso fijar así que Modesty fuera para siempre su Modesty.

Peter O'Donnell escribe delante de varios carteles de <i>Modesty Blaise,</i> en 1966.
Peter O'Donnell escribe delante de varios carteles de Modesty Blaise, en 1966.AFP

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