El Valladolid resiste

El Valladolid se agarra a Primera. Cuando más complicado lo tenía, con un tanto en contra y las noticias de los transistores también, supo sobreponerse y le añadió más emoción a la pugna por evitar el descenso, una tesitura de la que no sale un Racing dramático. El equipo de Portugal completó ayer otro partido pleno de decepciones. Apenas arriesgó y, cuando dispuso de ventaja, la malgastó. Mientras el Valladolid viaja al Camp Nou, el Racing recibe al Sporting de Gijón.

El Valladolid salió a por el gol. Otra cosa es que tuviera claro cómo hacerlo. Con las prisas, se quiso saltar etapas en el proceso de elaboración de su fútbol y, como resultado, su ataque se convirtió en algo embarullado y sin mucha coordinación. El equipo de Clemente optó por inclinarse a la izquierda, con Sesma y Diego Costa al mando de la ofensiva. Eso sí, de ocasiones nada de nada.

El Racing no se sentía muy exigido, al menos en defensa. Porque a la hora de buscar la portería de Jacobo, las ideas volvían a ser escasas, como toda la temporada. La consigna era clara. Con Lacen, Diop y Colsa en el centro del campo, había que resistir el zafarrancho inicial del Valladolid y confiar en que Canales o Arana pescasen algo arriba. Pero el joven mediapunta no se siente nada cómodo en estos partidos. No es un futbolista de vivir aislado. Necesita que el resto de su equipo le acompañe, pero ayer el Racing perseguía primero resguardarse y luego ver qué se podía hacer para encontrar el gol.

Así, sin mucha pasión, el Racing halló su solución en un córner. Canales lo sacó y Christian, un defensa, se inventó un cabezazo que servía para colocar en franquía al Racing. De esta manera, el equipo cántabro se sintió todavía más legitimado para pertrecharse atrás y aguantar.

El Valladolid se vio con una herida todavía mayor que en el comienzo. Quiso reaccionar, pero chocó con el meta Toño, al que Portugal devolvió la titularidad. No confiaba el técnico en Coltorti después de las dudas que había exhibido el suizo en los últimos encuentros. Su sustituto no tuvo mucho trabajo, pero se las ingenió para dar seguridad defensiva al Racing, algo de lo que no está sobrado el equipo cántabro. Su momento más importante llegó poco antes del descanso, cuando atajó un disparo lejano de Diego Costa, el futbolista con más sustancia ayer de un Valladolid al que se le iba el tiempo en Primera.

Con el comienzo del segundo tiempo aparecieron las mejores oportunidades para el Racing. Xisco y Arana tuvieron las suyas, pero no supieron concretar. Su equipo, como es costumbre este año, lo volvió a pagar. Baraja, tras un saque de esquina, devolvió la ilusión a su equipo. Clemente inyectó algo de alegría a los suyos con la entrada de Nauzet, que quiso buscar las cosquillas a la defensa del Racing. El caso es que el Valladolid se quitó los complejos y se lanzó a por otro gol, aunque otra vez sin una estrategia muy definida. El Racing, por su parte, se refugió en su trinchera. No le ha dado mucho resultado esta temporada, pero lo hizo. Y le salió mal. Diego Costa forzó un penalti y Nauzet lo transformó. Al Valladolid se le había abierto el cielo en apenas media hora. El Racing tiró de coraje para arreglar el desaguisado. Christian vio cómo se le anulaba un gol por fuera de juego muy dudoso. Los dos equipos, con deberes pendientes.