Los Barrios, bancarrota y autarquía

El despacho de Ángeles Ariza, alcaldesa de Los Barrios (Cádiz, 23.000 habitantes) por el PSOE, es una metáfora del aislamiento político que vive la regidora. Las dependencias se encuentran en un antiguo palomar al que se accede por una escalera estrecha. La Alcaldía está protegida por una puerta blindada y sin ningún cartel que indique que allí trabaja la primera autoridad de la ciudad. Es necesario llamar al timbre para que un funcionario acuda a abrir la fortaleza.

La alcaldesa, de 48 años, llegó al cargo en junio de 2009, en sustitución de Alonso Rojas, histórico regidor socialista barreño, quien renunció una semana antes de que un juez lo inhabilitara por desobediencia. Ariza, además del palomar acorazado, heredó un municipio en bancarrota -la deuda supera los 62 millones de euros- y con una plantilla sobredimensionada: 560 trabajadores cuya nómina, pagada con un mes de retraso y en fracciones, cuesta 1,1 millones de euros al mes.

Siete de los nueve ediles socialistas están en contra de la regidora

Desde el pasado jueves, los funcionarios y empleados municipales secundan una hora diaria de huelga para exigir el cobro puntual de sus salarios. Las manifestaciones tienen como punto de partida y llegada la puerta del Ayuntamiento, y son lo bastante ruidosas como para oírse con nitidez desde el búnker de la alcaldesa. El impago ha provocado cortes de luz y teléfono en dependencias como la Casa de la Cultura o la radio y la televisión municipales. "Para trabajar tenemos que poner nuestras propias desbrozadoras y cortacéspedes", afirma Víctor, de 38 años, y que trabaja en Parques y Jardines. "Imagínate hacer un informativo con un teléfono para 24 personas", dice una periodista bajo promesa de anonimato. Albañiles, administrativos o policías locales se quejan de problemas similares.

Al igual que otras localidades del Campo de Gibraltar, Los Barrios, que ha duplicado su población en la última década, ha acusado cruelmente el desplome de los ingresos por urbanismo. "Llevamos un año y medio sin dar una licencia de obra importante. Tenemos dos polígonos industriales terminados y con el suelo vendido, pero nadie pone un ladrillo", describe un economista del Ayuntamiento.

El presupuesto municipal ha pasado de 68 millones de euros en 2009 a apenas 40 millones en este ejercicio. De poco le sirve a la ciudad tener en su término algunos de los polígonos industriales y empresas más pujantes de la comarca, como Acerinox, así como una conexión privilegiada con el puerto de Algeciras. El tirón turístico del Parque Natural de los Alcornocales, que ocupa el 77% del municipio, tampoco palia, ni de lejos, el hundimiento del ladrillo. El jueves, mientras sonaban los pitos y tambores de los manifestantes bajo su ventana, Ariza se reunía con un empresario local para tratar de obtener financiación.

Por complejo que parezca, el problema económico de Los Barrios es un sudoku de los facilitos comparado con el enfrentamiento interno del grupo municipal socialista, que ha dejado a la alcaldesa en una posición de extrema debilidad política. Siete de los nueve ediles del grupo han pedido públicamente la dimisión de Ariza, a la que acusan de gobernar de manera autócrata y de hacer daño al partido, por el que se presentó como independiente, aunque ahora está afiliada. "Los Barrios no lo gobierna el PSOE, sino el proyecto personalista de una señora que ha cogido la vara de mando. Es una trepa tapada", afirma Alfonso Pecino, portavoz del Grupo Municipal Socialista.

Los concejales críticos, con el apoyo del ex alcalde Rojas -secretario local socialista- consiguieron que la ejecutiva provincial, liderada por Francisco González Cabaña, instara a Ariza a renunciar por falta de apoyos. La negativa de la regidora a cumplir el ultimátum de Cabaña provocó la intervención de la ejecutiva regional. Una entrevista de Ariza con la secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz, puso sordina a la crisis. Sin embargo, fuentes socialistas locales apuntan que la suerte de la regidora está echada y que se está esperando a que pase la feria de San Isidro -en la que se ha recortado el presupuesto un 60%- para darle una "salida digna".