_
_
_
_
Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Entre sedas y celosías

Alcoba del Rey de Sevilla, evocación árabe junto a la Macarena

A un pasito de la Macarena, Rafa Carrión Amate, formado en la Universidad Pontificia de Comillas y viajero empedernido por los desiertos de India y Marruecos, se ha dado ahora al negocio de la hospitalidad para recrear junto a otros socios locales el mundo onírico del rey Al Mutamid de Sevilla. El monarca poeta, heredero de la taifa más soberana del sur andalusí, escondió en esta casa de la calle de Bécquer sus amores con la lavandera Rumaykiyya, de los que brotaron sus más encendidos versos. Un territorio, pues, memorable para la apertura de un hotel-museo.

Ya lo avisa el arabesco de la entrada. No entramos en una casa cualquiera, sino en una mezquita de los deseos. El patio mudéjar celebra el encuentro con el gorgoteo del agua en la fuente, un aroma de cuero viejo y especias morunas, un mobiliario de palacete dieciochesco y una atmósfera penumbrosa de transposición cultural musulmana, judía y cristiana. A su alrededor se distribuyen una abacería convertida en bar, un desayunador, la recepción y corredor que comunica, en dos plantas, las 15 habitaciones del establecimiento.

Alcoba del Rey de Sevilla

PUNTUACIÓN: 6

Categoría: 3 estrellas. Dirección: Bécquer, 9. Sevilla. Teléfono: 954 91 58 00. Fax: 954 91 56 75. Internet: www.alcobadelrey.com Instalaciones: garaje, salón de estar, bar de tapas y comedor de desayunos. Habitaciones: 7 dobles y 8 junior suites; todas con calefacción, aire acondicionado, teléfono, TV satélite, acceso a Internet, albornoz, secador de pelo. Servicios: no hay facilidades para discapacitados, no admite animales domésticos; permitido fumar sólo en las zonas comunes. Precios: desde 90 euros + 7% IVA; desayuno incluido.

Cada una habla de aquellos años de gloria para Al Andalus. Princesa Zaida, con dosel de gasas y celosías de cedro. Zyriab, en tonos azules, con el baño estucado. Almanzor, con solería hidráulica, balcón y ventana. Ibn Firnas, con terraza privada y bañera antigua de hierro fundido. Princesa Wallada, escaqueada de hidráulicos, con una cama doble de forja. Abenamar, en la planta baja, abierta al exterior. Aben Baso, una de las mejores, exhibe un artesonado mudéjar policromado. Rumaykiyya, protagonizada por una colcha oriental muy llamativa. Y Al Mutamid, cuya gracia es el arco de herradura que abre la bañera a la alcoba, guiños picantes a los amores prohibidos que aquí un día se vivieron. El escenario lo sugiere a pesar de la irrupción no museística de monitores de televisión, interruptores de imitación, teléfonos fijos, apliques extensibles y otras moderneces que contrastan con el mobiliario de estilo hispano-árabe procedente de anticuarios marroquíes, los lavabos artesanales de latón pulido, los cabeceros tallados en cedro aromático y la grifería victoriana traída de India.

Lo más refrescante y desinhibido del hotel reside en la antigua abacería, donde el encargado se aplica en satisfacer los paladares con tapas de tradición sevillana y mozárabe, exquisitas y naturales. Para ser un bar típico, sorprende lo limpio que está. Mucho más que el ático, expuesto a los tejados de la Macarena, donde sobra el jacuzzi polivinílico y falta un poco de atención que convierta esta terraza en un chill out ambientado para recibir la noche veraniega entre copas y lecturas en homenaje al rey poeta de Isbiliyya.

Una de las habitaciones, con una cama con dosel de gasas, en el hotel Alcoba del Rey de Sevilla.
Una de las habitaciones, con una cama con dosel de gasas, en el hotel Alcoba del Rey de Sevilla.FERNANDO GALLARDO

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_