"Si la mente es fuerte, el cuerpo le sigue"
Filipe pulveriza los plazos de recuperación y vuelve hoy al Depor tras romperse el peroné
"Tenemos que pensar en la próxima temporada. Se trata de una lesión en la que los plazos de recuperación son de entre cuatro y seis meses", advirtió la madrugada del 24 de enero el doctor Rafael Arriaza poco después de operar a Filipe Luis, lateral izquierdo del Deportivo, que vuelve hoy en Riazor ante el Mallorca, tres meses y medio después de fracturarse el peroné y sufrir una luxación en el tobillo derecho. El defensa había soportado los 90 kilos de Iraizoz, guardameta del Athletic, que le cayó encima en un balón dividido que acabó en gol.
Descendiente de emigrantes polacos e italianos afincados en el sur de Brasil, en un entorno más acostumbrado al trabajo que a la samba, Filipe tiene arraigada la cultura del esfuerzo. Incluso postrado en el hospital aseguró que iba a romper los plazos previstos por los médicos. Realizó maratonianas sesiones de recuperación y apagó los focos: hace mes y medio, cuando se atisbaba que iba por el buen camino, pidió a los médicos del Deportivo que no informaran sobre su progresión. No le había gustado que se filtrara que había pasado por el quirófano para que le retiraran los tornillos que sujetaban la articulación dañada. Poco después, el primer día que salió al césped, se enojó porque los fotógrafos quisieron captar el momento.
El jugador siempre se ha preocupado por transmitir sensaciones positivas. "No es posible que me resienta. Me he recuperado por la fortaleza mental, porque cuando la cabeza es fuerte, el cuerpo va detrás. Seguramente falle en algún control, necesito ritmo de competición. Es lo que busco en los partidos que faltan". El entrenador, Miguel Ángel Lotina, no se hará de rogar: "No está para 90 minutos, pero quiero que participe un ratito para que vaya olvidando la lesión".
Filipe apunta al Mundial. Tiene fe en que Dunga no le haya tachado de su lista. "Él sabe que estoy disponible", sostiene. Y en el horizonte está también un posible traspaso. Lotina planifica la próxima campaña con la duda sobre la continuidad del jugador, que una semana después de caer lesionado recibió en su casa la visita de Florentino Pérez y Jorge Valdano. El encuentro con el presidente y el director general del Real Madrid disparó las especulaciones, pero Filipe dice que el próximo verano será blanquiazul.
"Quiero prepararme bien aquí y jugar partidos, tengo un contrato firmado y no soy el que manda". Este último extremo le quedó claro el curso pasado cuando quiso forzar su salida al Barcelona. Justo cuando cayó lesionado, Augusto César Lendoiro, un presidente nada expresivo en los palcos, se levantó, sacó un pañuelo y se lo pasó por la frente. Sudor frío para un dirigente acuciado por las deudas y que veía en el futbolista un cheque de no menos de 15 millones de euros. Entonces tanteaba un traspaso con el Madrid, del que Filipe, que pasó una temporada en el Castilla, asegura no tener noticias.
Más allá de lo que esté por venir, en el Deportivo ocupa encontrar las causas del bajón del equipo, el peor de la segunda vuelta, justo desde que Filipe se sentó en la grada. Desde que cayó lesionado, el equipo ha ganado dos (Xerez y Tenerife) de los 17 partidos que ha disputado. "En la primera vuelta estábamos jugando al 150%", reconoce Lotina. Uno de esos prodigios era Filipe, que encadenaba una serie portentosa de 82 partidos como titular. Hoy regresa y el próximo fin de semana, en San Mamés, volverá a encontrarse a Iraizoz, con el que ha tejido una buena amistad. "Será bonito verle. Voy a disfrutar de estos dos partidos como nunca lo he hecho en mi vida", anticipa el brasileño.
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