Dispararse en la rodilla

Una de las acciones ideadas por Ben Goldwasser y Andrew Van Wyngarden para promocionar su segundo disco, Congratulations, fue encerrar a unos cuantos fans australianos en una furgoneta totalmente a oscuras y ponerles el disco una y otra vez. El método Abu Grhaib no terminó de salir como ellos pensaban, pero como son parte de una multinacional, todo el mundo pensó que la idea era del diablo y santas pascuas. Meses antes, el grupo que trascendió el nicho indie y logró abrazar grandes audiencias e incluso que Paul McCartney les pidiera colaborar, había realizado una serie de declaraciones disuasorias sobre el contenido del disco, acaso uno de los más esperados del año. Tenía temas de 12 minutos, no contenía nada que pudiera sonar en la radio o en la pista de baile y los títulos remitían a personajes como Brian Eno, Dan Treacy e incluso Lady Gaga (si ella es la excentricidad patrocinada y publicitada, ellos son frikismo ilustrado). Así, el grupo que, tras años de insalvables diferencias, había vuelto a poner de acuerdo a estilistas y dependientes de tiendas de discos de importación, parecía que se había revelado contra el sistema y se disponía a editar su testamento comercial. Grandes noticias para la revolución y pésimas nuevas para el capital. El disco se filtró, lo tuvieron que colgar en streaming en su web e incluso comentaron que, por ellos, como si lo regalaban. "Esos son mis chicos", debió pensar más de uno.

En Congratulations, estos dos tipos que se conocieron en la universidad nos recuerdan que antes de empezar su primera gran gira lograron graduarse. Efectivamente, parece no contener nada tan inmediato como Kids, aquel tema que les valió una candidatura a los Grammy y una disputa legal con el partido de Sarkozy debido al uso que éste hizo de la canción en alguna de sus apariciones en público, pero está plagado de movimientos sincopados, eclecticismo en modo empacho, momentos brillantes y momentos delirantes. Unos cuantos "¿cómo lo ha hecho?". Y otro puñado de "ya les vale". Se hicieron famosos vistiendo capas y, por fin, han escrito un disco a la altura de su falta de sentido del ridículo. Que algo tan raro y a la vez tan lúcido se haga tan grande no siempre es una buena noticia.

EP3. 66.000 copias despachadas en su primera semana y número dos en la lista estadounidense. Anunciar que el álbum no tendría singles parece haber sido una estrategia comercial impecable, ¿no?

Andrew Van Wyngarden. No ha sido ninguna estrategia. Nos preguntaron cómo iba a ser el disco y lo resumimos así. Sin duda, es mucho más que eso.

EP3. Si la idea era el suicidio comercial, ha sido un fracaso absoluto.

A. V. W. Sigo pensando que es un álbum más difícil de digerir que el anterior, requiere más escuchas y es más satisfactorio, pero sólo al final. De cualquier modo, lo que ha sucedido es que durante dos años hemos ido sembrando fans y ahora parece que los hemos recogido a todos en la misma semana. En cuanto al sello, jamás nos pusieron pegas por el tipo de álbum que les entregamos. Los resultados les dan la razón.

EP3. ¿Dejar de tocar sus éxitos en directo es un acto de fe con respecto al nuevo material o un test de fidelidad para vuestros seguidores?

A. V. W. Hasta ahora, simplemente ha sido un accidente. Sé que no me creerás, pero cada vez que no hemos tocado Kids ha sido por razones ajenas a nosotros. En Coachella, por ejemplo, se nos acabó el tiempo y nos desenchufaron.

EP3. Ya, y el perro se comió los apuntes.A. V. W. ¡Ja, ja…! Mira, nosotros no nos arrepentimos de nada de lo que hemos grabado. Se nos metió en el saco del electro y en algunos sitios llegué a leer que éramos parte del revival de los ochenta, pero ninguna de aquellas barbaridades fue la que inspiró Congratulations. Nos preguntaban por Daft Punk y respondíamos hablando de Grateful Dead. Fue un tiempo extraño. Hicimos un disco como éste porque es el que queríamos y el que nos salió. Es un álbum escrito más con el instinto que con la cabeza.

EP3. Siberian breaks es un tema del que se ha hablado mucho. Doce minutos y prácticamente otros tantos estilos musicales y el resultado es, sorprendentemente, positivo; pero parece que, para una banda de vuestro perfil, tal vez el reto verdaderamente superado es el de escribir un tema (Congratulations) sobre la crisis económica y salir vivos.

A. V. W. En este caso, creo que sí hay algo de reacción. Time to pretend era una canción que se mofaba del estilo de vida rockero. Al cabo de un año de gira corríamos el peligro de convertirnos en el cliché del que antes nos habíamos reído. Letras como la de Congratulations tratan de temas que muchos piensan que nos deben ser ajenos porque somos aquellos tipos que visten capas y hacen bailar a la gente. Pero somos gente que es consciente de las cosas y nos hemos visto metidos en un negocio y en un estilo de vida en el que es complicado encontrar personas preocupadas por algo más que no sean ellos mismos.

EP3. ¿Qué ha aportado Sonic Boom como productor?

A. V. W. Sabiduría. La verdad es que somos fans de Spacemen 3 y ha sido un honor tenerle con nosotros. Para Ben y para mí, un productor es un colaborador. Tratamos de involucrarlo en el proceso y aprender de él. Cada vez nos sentimos más a gusto en el estudio. Con lo que aprendemos de nuestros productores, esperamos en un futuro poder nosotros mismos producir para otra gente.

EP3. ¿Sabe Dan Treacy (líder del grupo británico Television Personalities) que le habéis escrito un tema?

A. V. W. Sí, y nos hace mucha ilusión. Somos grandes fans. Eso sí, él es un poco tímido y nos han comentado que se siente halagado, pero algo incómodo con todo esto.

Congratulations está editado en Sony.