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Strauss-Kahn se perfila como líder de la izquierda y rival de Sarkozy

El director del FMI supera en los sondeos a las socialistas Aubry y Royal

Antonio Jiménez Barca

Desde hace meses, el actualmente ubicuo y atareado director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, antiguo ministro de Economía, aparece como el líder socialista francés más mimado por todo tipo de sondeos para convertirse en el candidato de la izquierda, huérfana de líder, para disputar a Nicolas Sarkozy la presidencia de la República en 2012. Él se deja querer pero guarda silencio: por imperativo legal (tiene prohibido, por el cargo que ocupa, opinar en público sobre la política francesa) y por estrategia (desde que vive en Washington, lejos de la refriega local, su imagen pública ha mejorado mucho).

El último de estos sondeos se publicó ayer en el semanario Le Nouvel Observateur. Ahí, entre votantes en general, el actual presidente del FMI aparece en primer lugar con un arrollador 49% de partidarios por delante de Martine Aubry, primera secretaria del PS, con un 16%; François Hollande, ex primer secretario, alcanza un 9%, lo mismo que Ségolène Royal, ex candidata presidencial. La ventaja de Strauss-Kahn es menor (aunque también evidente) si en vez de votantes en general se trata de simpatizantes de izquierda. Gaël Sliman, el director de opinión de la empresa BVA, que ha llevado a cabo este sondeo, asegura en Le Monde que Strauss-Kahn ha visto en los últimos años reforzada su credibilidad y la imagen del organismo que dirige. "Ya no se ve al Fondo Monetario Internacional como el horrible monstruo liberal que estrangula las economías de los más débiles sino como una especie de bombero de guardia".

Tiene en contra la lejanía de Francia y la falta de contacto con el ciudadano

Investido en su papel de bombero jefe del desastre financiero mundial, a la cabeza de la organización que, junto con la Unión Europea, presta dinero a Grecia para que salga del laberinto de sus deudas, la popularidad y ascendencia del político francés crece.

Nació hace 61 años en Neully-Sous-Seine, fue diputado en 1986 y ministro de Economía en 1997 con Lionel Jospin. Diez años después, una arrolladora Ségolène Royal le arrebató la plaza para batirse, al frente del Partido Socialista francés, con Nicolas Sarkozy.

Ahora, muchos aseguran que volverá a intentarlo. En contra tiene lo mismo que lo ha aupado: la lejanía de Francia, la prohibición de meterse en la batalla de todos los días, su falta de contacto con el ciudadano de a pie. Eso, que le ha servido para sobrevolar los problemas de Francia sin mancharse y conseguir que se le considere -en algunos medios- como una especie de mesías salvador, le puede convertir a la larga en un candidato fantasma si desembarca demasiado tarde.

Su mandato al frente del FMI, en el que sustituyó a Rodrigo Rato, expira en 2012. Pero nunca ha prometido que se quedará hasta el final. El verano de 2011, en Cannes, se cierra la presidencia francesa del G-20. Sería un buen momento para apearse en marcha del trono económico y bajar a la arena política. Pero para eso es necesario que el calendario de primarias del Partido Socialista francés, aún no fijado, le convenga.

Por lo pronto acapara entrevistas (en las que habla de la crisis, claro) y en las que mira para otro lado si se le pregunta cuándo se va a decidir a ser candidato. Hace dos días, en Le Parisien, se limitaba a responder "a tiempo". Todo apunta a que será dentro de unos meses.

Mientras tanto, comienzan a surgir libros sobre él y su entorno que amenazan su imagen de todopoderoso gestor económico en tiempo de incertidumbres financieras. Una misteriosa periodista que se esconde bajo el seudónimo de Casandra, y que asegura haber pertenecido a su equipo de colaboradores, publicará el lunes uno titulado DSK, Les secrets d'un presidenciable, donde le define como un hombre "ambicioso, manipulador, mentiroso patológico y perseguidor de faldas". También como "de inteligencia superior".

En los próximos meses aparecerán más libros y volúmenes sobre el personaje del año. Algunos de ellos, críticos. Su equipo ha reaccionado encargando una biografía más o menos controlada. La intención: que Strauss-Kahn no pierda su trabajada imagen conseguida en su país a base de no pisarlo y no hablar nunca de él.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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