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Tragedia en la trastienda de la capital valenciana del turismo

Un incendio con un muerto aflora el deterioro de un barrio de Benidorm

El incendio que provocó el fallecimiento de un residente del complejo Playmon Fiesta de Benidorm en la madrugada de ayer ha vuelto a poner en el centro de atención al barrio más degradado de la ciudad, una zona de la capital turística valenciana construida durante los años setenta del siglo XX, donde residen unas 5.000 personas. Es el reverso del skyline benidormense, una zona que no ha resistido el paso de los años y representa un contraste brutal con la imagen de capital turística que proyecta Benidorm.

El vecino fallecido estaba alquilado, era español y vivía con una pensión de 800 euros. El edificio forma parte de un complejo de cinco bloques y siete patios en el que residen legalmente 810 personas en 435 viviendas, pero pernoctan más de mil. Este edificio de 15 plantas, concebido como apartotel, es una colmena de 41 nacionalidades. Allí conviven 136 paquistaníes, 65 rumanos, 51 argentinos, 44 búlgaros, 43 ucranianos, y así sucesivamente, con 212 españoles, algunos de etnia gitana. "El problema no es de dónde viene la gente, sino que aquí vive lo peor de cada nacionalidad", se queja una vecina originaria de Extremadura. Allí compró un piso que ahora desea vender para irse. Ha estado en tratamiento por un ataque de nervios: "Hay muchos problemas, peleas a diario y por la noche tengo miedo de salir a la calle".

Una vecina asegura que hay muchos problemas y tiene miedo por la noche

Los comerciantes viven más tranquilos, "aunque en el barrio siempre pasa algo", comenta un tendero paquistaní. En el local de ocio de enfrente se puede leer: Prohibido fumar porros, "aunque los magrebíes que lo frecuentan no suelen hacer mucho caso", se queja la propietaria. "Aquí sólo hay trapicheo, los camellos residen en otras zonas", añade un vecino que lleva 22 años en Los Playmon. Y cree que "al Ayuntamiento le va muy bien que toda esta gente se concentre como en un coto, así los tiene más controlados".

Los Playmon fueron ideados como apartamentos de lujo y segundas residencias. Era un complejo cerrado que presumía de tener la primera piscina residencial de dimensiones olímpicas y pisos con calefacción central o aire acondicionado. Sus calles ahora son públicas y la zona es un crisol de casi 60 países.

En el patio del edificio se lee la lista de impagos de la cuota a la comunidad. Suma más de 250.000 euros en un edificio donde hay pisos a la venta por 30.000 euros y un alquiler cuesta entre 250 y 300 euros.

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Ayer, mientras la policía investigaba el incendio, llegó un hombre de etnia gitana a caballo. Tras presumir de montura, se marchó a lomos del equino.

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