"A los míos les digo: 'Avisadme si me veis tonta'"
Ha sido Juana la Loca, Mariana Pineda, Carmen..., pero ahora sólo quiere ser mamá. Sara Baras, bailaora y coreógrafa gaditana, cumplió 39 años el 25 de abril y ese mismo día se retiró, temporalmente, de los escenarios. La despedida fue en el Gran Teatro Falla de Cádiz, con Esencia, un montaje que recoge lo mejor de los nueve espectáculos que ha estrenado con su propia compañía en los últimos 12 años. Días antes de esa despedida, confesó a EL PAÍS sus expectativas ante su nueva etapa vital.
"Podré disfrutar de mi gente, ir a comprar el pan o a por el periódico sin estar rodeada de maletas o sin prisas porque tengo que ir a un ensayo. Eso es un regalo", asegura Baras sentada en una mesa del restaurante El Faro de El Puerto, un sitio que ha elegido porque es como su "segunda casa" y, por supuesto, "por su calidad". Todavía hoy tiene actuación por la noche, le advierte al camarero, cuando este acaba de alabarla por el videoclip en el que aparece junto a Luz Casal, así que opta por un lenguado a la plancha. Claro que antes, para compartir, desecha la idea de la ensalada y apuesta por las clásicas gambas y el jamón. "Son buenos para bailar, te dan fuerzas", aclara esta artista que, últimamente, ha firmado no sólo la coreografía de sus espectáculos, sino también la dirección, la escenografía, el vestuario y hasta la iluminación.
La bailaora se retira para ser madre: "Mi compañía ya no me necesita ahí arriba"
"Pepín [el bailaor José Serrano, con quien también comparte escenario] y yo llevamos 10 años juntos y los dos tenemos muchas ganas de niños. Lo hemos ido posponiendo por el trabajo, para mí el baile es una forma de vida. No desconecto nunca", dice la bailaora mientras mira de reojo a su sobrina Sara, que está en la mesa de al lado con buena parte de su familia.
Conocer a su madre, a quien ella siempre llama por su nombre, Concha, ayuda a entender de dónde saca la energía. Concha Baras, además de ser su maestra de baile y el centro de la familia, es una gran cocinera. "A mí me gusta el pescado de todas las hechuras, pero cuando estoy mucho tiempo de gira lo que más me apetece es un caldito de puchero de mi madre", confiesa la bailaora mientras disfruta de su lenguado.
A pesar de todos los aplausos que ha recibido por teatros de medio mundo -subió por primera vez a un escenario a los nueve años y es premio Nacional de Danza (2002)-, esta gaditana guapa y siempre risueña se muestra cercana y tiene los pies en la tierra. "Yo nunca me imaginé que iba a llegar tan alto, pero no soy una diva. Ahora miro para atrás y me da vértigo. A mi gente siempre le digo: 'Avisadme si alguna vez me veis tonta", confiesa.
La despedida de Sara Baras no es total. No se le espera bailando en los escenarios, pero sí embarcada en la creación de nuevas coreografías. Ya le está dando vueltas al espectáculo que presentará en 2012 para el bicentenario de la Constitución de Cádiz.
"Mi compañía está en su mejor momento y tiene suficiente calidad como para no necesitarme a mí ahí arriba. Así que, después de un descanso, ellos seguirán", adelanta la artista, que, aunque aún no está embarazada, la gente ya le dice por la calle que tiene cara de traer gemelos.
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