Desmontada una red que extorsionaba a narcos

La policía judicial de la Guardia Civil ha desmontado una red que se dedicaba a secuestrar y extorsionar a personas relacionadas con el tráfico de drogas. A su vez, los 10 detenidos, todos ellos en la provincia de Pontevedra, también estaban vinculados al narcotráfico. La investigación ya ha permitido esclarecer la mayor parte de los golpes perpetrados por esta organización desde el pasado año.

La operación policial tenía como primer objetivo investigar varios robos con violencia e intimidación, pero terminó llevando a los investigadores hasta la cúpula de una red organizada que además se dedicaba a extorsionar a conocidos empresarios del entorno del narcotráfico. Se trataba de víctimas previamente seleccionadas que en la mayor parte de los casos no llegaron a presentar denuncia.

El grupo desarticulado estaba perfectamente estructurado para desarrollar sus funciones. Unos se dedicaban a la obtención de información de las posibles víctimas y otros se encargaban de la ejecución material de los golpes con fines económicos. Seis de los detenidos, de origen ruso y búlgaro, eran los autores materiales de las detenciones ilegales y los robos. Todos ellos estaban relacionadas laboralmente con distintos clubes de alterne de la provincia, aunque los cabecillas de la banda son naturales de la ciudad de Vigo.

Sin denuncias

La banda actuaba con la garantía de que podían conseguir dinero en efectivo o alguna cantidad de droga. Dado el perfil de las víctimas, los detenidos consideraban que sus objetivos no presentarían denuncia a causa de sus antecedentes delictivos.

El primero de los hechos investigados se remonta a septiembre de 2009, cuando una pareja de Vilanova de Arousa fue secuestrada en el garaje de su domicilio y le exigieron el pago de una importante cantidad de dinero. Otro de los delitos esclarecidos ocurrió el 17 de diciembre de 2009 en el municipio de Vilanova de Arousa, cuando una niña y su madre, al dirigirse por la mañana al colegio, fueron abordadas e introducidas en una furgoneta en cuyo interior permanecieron casi hora y media hasta que confirmaron a sus captores que su marido se encontraba en casa. A continuación se trasladaron al domicilio y, pese a que en esta ocasión no consiguieron dinero, el marido fue víctima de una brutal agresión.